lunes, 23 de junio de 2014

De vuelta a las andadas

La semana pasada hubo pleno municipal, el habitual de todos los meses. Confieso que aunque suelo verlo asiduamente, en esta ocasión, debido la coincidencia del mismo con el partido España contra Chile, no lo vi en su totalidad. Pero terminado el triste partido de la selección española que nos deja fuera del mundial después de seis años de felicidad futbolística, cambié de canal y me pasé al pleno municipal. Y la verdad que durante un instante no sabía si me había equivocado de canal y si me encontraba en unos de esos programas que se llaman del corazón pero que se gritan, se insultan y no se respetan la palabra. Pero no, no eran esos personajes de un Sálvame cualquiera. Ahí estaba el Sr. Monge que volvía a las andadas, a la falta de respeto a la institución, a la falta de respeto a nuestra alcaldesa que aguantaba con más paciencia de la que me consta reclaman algunos ciudadanos en la calle. Quizás es que fuera eso lo que pretendía, que se le igualara en la pérdida de modales y de papeles, quizás que le expulsaran del pleno. Lo cierto es que volvió a las andadas no respetando el reglamento que fue aprobado entre todos. Crispación es lo que vi, mucha crispación. Demasiada, como volviendo a tiempos pasados. No sé si es que alguno se ha molestado por tener que cumplir con su función de concejal a la misma hora en que España jugaba su decisivo partido, quizás hubiera preferido que se hubiera adelantado o atrasado el pleno municipal para no hacerlo coincidir con el partido de fútbol. Puede que sea eso, que se haya tenido que molestar al tener que trabajar jugando la selección española. Pero el ser concejal, representar al pueblo de Lebrija tiene estas situaciones, que no se tiene horario, que no se es concejal sólo unas horas al día,  que se representa a los lebrijanos y lebrijanas las veinticuatro horas del día, en definitiva que no hay horario. Y esto deben asumirlo si pretenden ser concejales, que hay que priorizar y poner por delante su obligación antes que su devoción particular e íntima. Pero el optar entre ver el partido de fútbol o el pleno es algo que solamente podemos hacer los ciudadanos de a pié. Esto es algo que el Sr. Monge debería entender o que algunos de sus compañeros de partido se lo deberían hacer comprender. Pero no, ahí estaba con toda la crispación en su cara. Y para colmo su frase más gloriosa, “el pleno se le ha ido a usted de las manos”. Ver para creer, vivir para ver. El ser concejal no es cuestión de un ratito como pretendieron hacernos ver algunos con el tripartito de triste recuerdo, el servicio público son 24 horas cada día. Estas actitudes son muy lamentables porque no se pueden dar esta imagen ante los ciudadanos, cuando se interviene en el pleno y mostrando sus ideas en un debate serio y democrático se está haciendo pedagogía ante nuestros vecinos y vecinas, se les está enseñando cual es el camino. Pero desgraciadamente el Sr. Monge, portavoz del PP, ha optado por el todo vale y la falta de educación en un más que mal ejemplo para todos, niños, jóvenes y mayores. Hacía algún tiempo que no pedía respeto y seriedad en el pleno, pero el Sr. Monge da un pésimo ejemplo anteponiendo los intereses particulares del PP antes que los de Lebrija. Este no es el camino, salvo que en el fondo sea sólo eso lo que se pretenda, crispación por encima de todo.


martes, 17 de junio de 2014

Despotismo

Hacer leyes para que el pueblo las cumpla sin que los ciudadanos tengan nada que decir ante ellas, es el más claro ejemplo del significado del término Despotismo. Por extensión también se considera déspota al que abusa de su poder al margen de la ley por el mero hecho de tenerlo, son personas que se sienten superiores a los demás por ocupar un cargo importante, y también se sienten por encima de la ley, que en definitiva va para otros y que ellos no tienen nada que ver. Desgraciadamente esta situación se extiende a veces a sus familiares, llámese hijos, esposas o yernos. Son aquellos que usan y abusan del “usted no sabe con quién está hablando” o “usted no sabe quién soy yo”. Y lo que estos sujetos no se dan cuenta y no consideran que es precisamente en estos hechos donde no pueden ocultar su personalidad y muestran ante los demás su auténtica y vergonzosa naturaleza. Viene todo esto a cuento de que hoy lunes me he desayunado en la prensa como un ejemplo más de despotismo, en este país. Y ahora con Gallardón hijo, que se da a la fuga tras un accidente de automóvil para refugiarse en casa de papá ministro. Claro, no contaban con se le pudo tomar la matrícula. Fue un hecho muy semejante en algunos aspectos al de Esperanza Aguirre con la policía local. El hijo se detiene, mira los daños, se sube en el coche y sale huyendo. Aguirre es retenida por la policía de movilidad de Madrid para ser multada, pero la “marquesa” arranca el motor de su vehículo, se lleva por delante la moto de los agentes locales y tras persecución por las calles de Madrid, al más estilo de cine de acción, se refugia en su casa. Lo cierto es que a ninguno de los dos se les pudo hacer test de alcoholemia. Y si esto le ocurre a un ciudadano de a pié toda la dureza de la ley hubiera caído sobre él. Hay quien señala que el hecho de que Aguirre o el hijo de Gallardón se dieran a la fuga es un claro ejemplo de que la ley es igual para todos, tan sólo les ha faltado añadir que huyeron en defensa de la libertad y luchando contra el comunismo internacional.
También los indultos que dan el gobierno, ley que es necesario cambiar antes que ya, son un claro ejemplo de despotismo, el indultado siempre es persona relacionada en la mayoría de los casos con los poderes económicos, con la corrupción y con casos de condena por abuso o tortura policial, haciéndole con ello un flaco favor al cuerpo policial correspondiente y a la justicia. Y así nos hemos encontrado este fin de semana con un indulto a una persona perteneciente a cuerpos de seguridad por grabar una serie de abusos a una chica por parte de un amigo sin hacer nada por impedirlo con el agravante de autoridad. Tras ser condenado, es indultado por el ministro Gallardón. Y como todo se logra saber antes que después, resulta que el indultado es hijo de un concejal del PP que promovió toda una campaña de recogida de firmas para el indulto. Un hecho tan déspota como el indulto al  kamikaze que mató a un ciudadano en dirección contraria por una autopista y que a la postre fue defendido por el despacho de abogados donde trabajaba el hijo de Gallardón. Despotismo es eliminar los derechos laborales con una reforma laboral que deja a los trabajadores a los pies de los caballos, despotismo es tratar de vender nuestros hospitales públicos a empresas de construcción o seguros médicos privados. Despotismo es cambiar la ley de educación en contra de la opinión generalizada o de endurecer y disminuir el sistema de becas. Despotismo es el nuevo invento del gobierno de Rajoy pretendiendo sustituir las becas por un sistema de préstamo, favoreciendo a familias potentes económicas, pues ¿quién va a pedir o préstamo para estudiar si después no va a poder devolverlo o no tiene quien le avale pues su familia está en paro como consecuencia de la reforma laboral? Y es que aquí lo que más molesta es que los hijos de trabajadores accedan a la universidad en igualdad de condiciones. Despotismo es gobernar a base de decreto ley, despotismo es despojar a la mujer de todos sus derechos como mujer en una actitud tan misógina como la del ministro Gallardón, despotismo es no ayudar a las personas más desprotegidas de la sociedad como son los discapacitados. El gobierno de Rajoy practica el despotismo de una manera clara cuando manda a los ciudadanos al paro sin derecho alguno, mientras ellos recibían sobresueldos, despotismo es no dimitir al descubrirse el asunto. Despotismo es no dimitir un presidente del PP al descubrirse una contabilidad en B dentro de su partido. Despotismo es tratar de salvar de la justicia por ser miembros de la “realeza”, por “ser vos quién sois”. La propia inviolabilidad del jefe del estado, haga lo que haga, es un claro ejemplo de despotismo que recoge nuestra constitución y que deber ser eliminado de raíz. Los resultados de las últimas elecciones son un más que claro ejemplo de que los ciudadanos están hartos de tanto déspota y de tan poca transparencia.


lunes, 9 de junio de 2014

Después de las elecciones y de la abdicación

La abdicación del rey la semana pasada me impidió que continuara analizando el resultado de las elecciones europeas. Y todos nos metimos en una vorágine de información y consideraciones sobre la jefatura del estado y que continuará aún varias semanas, dejamos de lado, como si no existieran, los problemas reales que padecen los ciudadanos para entrar en la dicotomía entre monarquía o república. Ya la semana dejé mi opinión sobre el tema y en la que me ratifico. De todas formas cuesta muy poco consultar a una ciudadanía que alcanzó su mayoría de edad el mismo día que celebramos las primeras elecciones democráticas. Una consulta es necesaria para dar legitimidad a un sistema, sin ella siempre estaríamos en un permanente estado de incertidumbre sobre la legitimidad de la jefatura del estado. Pero las elecciones han pasado y han dado los resultados que han dado, toda una muestra del malestar ciudadano que ha sido el gran maltratado durante la crisis, y que ha votado por más democracia, por más transparencia, contra la corrupción y contra la impunidad de los corruptos, contra los recortes en derechos y del estado de bienestar. El partido que no lo vea así se pone una oscura venda en los ojos que no puede llevarle a otro camino que al abismo. Y quien hasta ahora negaba primarias abiertas como IU que en su osadía manifestaba que eran un absurdo, de la noche a la mañana se ha convertido en adalid de este sistema de elección de sus candidatos con el que ya se comprometió públicamente y previamente el partido socialista. Mientras tanto el PP sigue manteniendo que los ciudadanos no les han entendido, ni una sola autocrítica. Desgraciadamente cuenta con la ventaja de que aglutina a la derecha, mientras que la izquierda, mayoritaria socialmente en nuestro país, se encuentra dividida. Y mientras entramos entre discusiones entre las nuevas formaciones surgidas de las elecciones y nos miramos con fijación enfermiza nuestro ombligo, se anuncian nuevos recortes y que afectarán nuevamente a las capas más débiles de la sociedad y a los jóvenes. Y para ello desde el gobierno de Rajoy ha esperado nuevamente a la finalización de unas elecciones para continuar segándonos la hierba y darnos un nuevo hachazo. Y ahora nos hablan de añadir otro copago a la ya maltrecha ciudadanía, pero esta vez en educación. Ni más ni menos que en la enseñanza no obligatoria, o lo que es lo mismo, pretenden que los que estudian bachillerato paguen por ello como si de una escuela privada se tratase. Que vayan preparando el bolsillo todas aquellas familias que tienen a sus hijos en la ESO. No es definitivo, depende del impacto que la noticia produzca en los ciudadanos, que estos dejen de mirarse el ombligo y de discutir sobre quién es la verdadera izquierda para sumar voluntades ciudadanas, porque no es otro el camino, que es necesario dejar atrás el cainismo anguitiano y que tanto daño hizo a la izquierda y que es utilizado convenientemente por los poderes económicos de forma periódica en los medios de comunicación para servir a sus fines. Y Anguita bien que se deja manejar para dar goce a su minuto de gloria ante las cámaras y disfrute de empresarios como Lara, propietario de Antena 3, La Sexta y el grupo Planeta, amén de otros poderosos grupos empresariales. Ese es el gran drama de nuestro país, que mayoritariamente de izquierdas gana las elecciones la derecha más antisocial existente. Los partidos no pueden cerrar los ojos y deben volver a establecer una mayor conexión con los ciudadanos y con sus militantes de base. Y los ciudadanos abrir bien los ojos a las nuevas formaciones, que por nuevas son precisamente más desconocidas. Me preocupa y mucho los términos utilizados por un partido como Podemos que tras su irrupción en la vida política, señala que su “objetivo es destruir y expulsar al PP y al Psoe de la vida política”, y es que con odio no se construye, todo lo contrario, se destruye. Su mensaje de La Casta, en el que introduce a todos por igual, es caer en el mismo error de IU con el ya archisabido de “PP Psoe la misma mierda es” y que en definitiva resta en lugar de sumar y trae consigo las victorias electorales del PP de Rajoy. Y también es caer en el mensaje de Franco que dedicó todo su tiempo a desprestigiar la vida política y a decir que “todos los políticos son iguales”. El objetivo de los partidos no debe ser otro que resolver, solucionar, los problemas a los vecinos. Empezar así es comenzar mal y a la postre va en perjuicio de quiénes más ayudan necesitan.  Mientras tanto los salarios siguen disminuyendo en las empresas al mismo tiempo que suben sus beneficios.

lunes, 2 de junio de 2014

Abdicación

El rey ha abdicado, la noticia de la semana, del mes, del año y de los últimos años y décadas. Con ello Juan Carlos I de Borbón rompe la tradición de que un rey  no abdica sino que muere en el exilio o en la cama. Treinta y nueve años de reinado sin más apoyo e impulso inicial que el dedo del dictador, treinta y nueve años con luces y sombras y ahora, como marcan leyes tradicionales de este sistema anacrónico en pleno siglo XXI, nada de primarias abiertas para elegir al sucesor sino que será el derecho de sangre quién lo determine, y entre ello el azar de quién es el primer nacido del sacro matrimonio. Mientras que la ciudadanía exige ya democracia interna y más transparencia a los partidos para nombrar sus candidatos, a los ciudadanos se les va a seguir hurtando el derecho a decidir sobre la jefatura del estado. Y ésta va a seguir estando en manos de una familia que a lo largo de la historia actual y de varios siglos no se ha destacado por su ejemplaridad como bien han seguido corroborando en los últimos años la muy “irreal familia”. Familia que se ha destacado en los últimos años por los continuos escándalos y que están mostrando, al contrario de lo que solemnemente señalaba el monarca en su mensaje de navidad, que todos los españoles no somos iguales ante la ley, pues todas las instituciones del estado están haciendo lo indebido para librar de la justicia a algunos de sus miembros. Ante todo ello, ahora que los partidos políticos están obligados a cambiar sus estructuras internas por exigencia ciudadana y quien no lo haga estará condenado a desaparecer, sería una gran oportunidad para que la jefatura del estado no quedara al margen de toda esta nueva primavera y su fórmula pasara de una vez por la decisión ciudadana en unas urnas. Y dejar de lado el lavado de cara que no soluciona nada de pasar de “el campechano” al “preparado”. Y es que los ciudadanos tenemos derecho a decidir sobre la fórmula del estado de nuestro país.