Tanto el alcalde de Poyales del Hoyo como sus ediles del PP deben ser recriminados por su partido si le queda algo de dignidad. Su actuación no puede ser calificada como de barbarie, indigna y fascista. Los gobernantes tienen que ejercer pedagogía entre los gobernados y no provocar los hechos del pasado fin de semana. No se puede dar rienda suelta a tanto energúmeno. ¿Que mal les hacía que unos represaliados de la guerra civil con nombres y apellidos ocuparan dignamente una sepultura? Si algunos de esos energúmenos que vemos en el video amenazar con cortar el cuello, llegan a actuar, el alcalde indigno y fascista hubiera sido el el reponsable con su acción. El PP debe actuar y quitar de sus filas a unos sujetos inválidos para la democracia, y la fiscalía debe actuar también para que los que han actado contra la ley siendo gobernantes, queden inhabilitados para todo cargo público y condenados a lo que la ley indique.
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