martes, 20 de septiembre de 2011

Por la boca muere el pez

“Mi modelo es el de Cospedal. Si gobierno en Andalucía aplicaré la dieta Cospedal”, viene diciendo Javier Arenas, candidato del PP a la Junta de Andalucía, en todos sus actos públicos. Lo cierto es que antes decía que su modelo a seguir era Camps, obligado a dimitir por sus imputaciones por corrupción y del que se acaba de averiguar que su coche oficial gastaba diariamente tanta gasolina como tres carros de combate juntos en un “ejemplo de la austeridad” que tanto pregona Rajoy.

“Mi modelo es el de Cospedal. Si gobierno en Andalucía aplicaré la dieta Cospedal”, viene diciendo Javier Arenas en sus actos públicos. Estas declaraciones no representan otra cosa que un motivo de preocupación para los andaluces y andaluzas porque Cospedal ya lleva algunos meses gobernando en Castilla La Mancha y todos estamos observando las medidas que está tomando en dicha Comunidad. Por lo pronto dejó de pagar sorpresivamente a las farmacias las facturas de los medicamentos de la Seguridad Social, ha retirado las ayudas a los autónomos, ha despedido al profesorado interino de colegios e institutos dejando a los centros educativos sin recursos necesarios para nuestros niños y niñas, ha cerrado los Centros del Profesorado desde los que se organizan la formación de los enseñantes, pero al mismo tiempo mantiene y aumenta las ayudas a la escuela privada.

“Mi modelo es el de Cospedal. Si gobierno en Andalucía aplicaré la dieta Cospedal”, viene diciendo Javier Arenas en sus actos públicos. Y Cospedal ha reducido en un 20% el presupuesto para salud, medida que supondría para los andaluces el despido de más de 15.000 profesionales sanitarios, el cierre de más de 300 centros de salud y más de 3.200 camas de los hospitales andaluces. Además sus medidas ha dejado a importantes poblaciones sin servicio de urgencias nocturno. Y es que el modelo de Cospedal y Arenas sólo protege privilegios y deja a la mayoría de trabajadores a los pies de los caballos, un modelo que nos retrocede cien años en el tiempo. Algo que se parece más a aquello de “sálvese el que pueda”.

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