martes, 19 de mayo de 2009

Menuda coreografía

Todos recordamos la emocionante noche electoral de noviembre de 2008 en EE.UU. El mundo pendiente de un hilo, de un puñado de votos. Obama o Bush. Era el dilema. O nuevas políticas de entendimiento o más guerras preventivas. Un nuevo reparto de las riquezas o el triunfo de la codicia. Más protección social o capitalismo salvaje. Luchar contra el cambio climático o negarlo al igual que el primo de Rajoy. Esa noche se dilucidaban dos visiones del mundo enfrentadas. Lo hubiéramos deseado pero aquel día no pudimos votar. Pero ahora el partido se juega en Europa. Sí. El próximo día 7 de junio se celebran elecciones al Parlamento Europeo. A algunos quizás les parezca todo algo lejano y quizás deje de acudir a votar. Pero esa no es la realidad. Estas elecciones tienen mucha trascendencia sobre todos nosotros. En Europa se deciden cosas que afectan a nuestra vida cotidiana. Y Ahora en Europa se vuelven a enfrentar las mismas dos visiones sobre el mundo, los seguidores de Bush quieren dar en Europa la batalla que perdieron en Estados Unidos. Berlusconi ha dejado claro que Aznar sería un buen presidente para Europa. Es mucho lo que está en juego. Y es que es muy posible que la propuesta sobre las 65 horas de trabajo a la semana como jornada laboral se hubiera aprobado si el Partido Popular controlase el parlamento europeo. O probablemente caería en saco roto la propuesta de aumentar la baja por maternidad a 20 semanas; de momento los seguidores de Aznar, Oreja y Rajoy han conseguido aplazar su discusión hasta después de las elecciones. Y es que no quieren que todos comprobemos antes de la fecha electoral cuál es la realidad de su apoyo a las familias. Nada. Cero patatero, como gustaba decir Aznar. ¿Qué puede ocurrir a partir del 7 de junio si el PP se ve con suficiente poder para fomentar el despido libre desde el europarlamento?

El 7 de junio acudimos a las urnas en un escenario marcado por una más que profunda crisis económica y financiera global cuyas consecuencias más dramáticas se han manifestado en el crecimiento del paro. Progresistas y conservadores del Partido Popular no tienen las mismas responsabilidades en su origen, tampoco padecemos de igual manera sus consecuencias, y a la hora de superarla tampoco cuidamos los intereses y necesidades de la misma gente. Lo acabamos de ver en el debate sobre el Estado de la Nación que se acaba de celebrar y que ha perdido Rajoy de forma nítida tanto por emplear el insulto de forma continua e irrespetuosa así como por no presentar propuesta alguna. Y no por que no la tuvieran, claro que tienen propuestas, pero no se atreven a manifestarlas. Aunque sí las aplicarán en el caso de ganar las elecciones. Abaratamiento del despido, congelación salarial, bajada de pensiones, bajada de impuestos a los que más ganan, menos protección social a los más necesitados…, esa son sus recetas para salir de la crisis. Sus serias medidas de verdad para salir de la crisis global que afecta al mundo.

Desde la derecha no se cansan y proponen como solución las mismas políticas de falta de control y de regulación que dieron lugar a la situación actual y que se sustentaron en ese modelo económico basado en la especulación. Y es que hay que tener mucha desfachatez y la piel nada fina para atreverse a aparecer como salvadores de lo que ellos mismos crearon. Por todo ello no podemos dejar que los creadores de la burbuja inmobiliaria y responsables indirectos de la mayoría de los parados de nuestros país ganen las elecciones el 7 de junio. Ellos son los mismos responsables de que las familias españolas estén hipotecadas a 30 ó 40 años y que están impidiendo el ahorro familiar. Mientras tanto Rajoy y Oreja manifiestan que “Zapatero ha instalado a España en la barra libre del gasto”, criticando con ello las medidas de inversión pública para crear empleo así como el gasto social a los más necesitados.
Y para Europa Berlusconi pretende presentar como candidatos, en un gesto de falta de seriedad, a bailarinas o a personajes televisivos del Gran Hermano italiano. Y el PP nos presenta a Mayor Oreja, que representa lo antiguo, lo ya pasado, el franquismo viviente para quien la época del dictador “era un período de extraordinaria placidez”. Por cierto, ha salido un ranking europeo sobre los europarlamentarios con menos actividad y asistencia, es decir los más vagos, a los que les pagamos un sueldo y se rascan la barriga. ¿Adivinan quién está entre los 12 más vagos? Pues sí, lo han acertado, el mismísimo Mayor Oreja. Y si quieren distraerse y comprobarlo, esta es la dirección de la web donde están dichos datos www.parlorama.eu. Este es el personaje que nos presenta Rajoy junto a las bailarinas de Berlusconi. Menuda coreografía.