martes, 4 de febrero de 2014

Pues se ha podido

La semana que termina comenzó con una gran alegría para los españoles y para los madrileños en particular, un paréntesis en lo que viene ocurriendo a diario desde que Rajoy ostenta la presidencia del gobierno. Al final los tribunales han tenido que defender a los administrados, los ciudadanos de a pié, de la propia administración, el gobierno. Y es que se ha paralizado la privatización de la sanidad madrileña, en la que el PP había puesto tanto empeño ya que serviría de ejemplo para otras comunidades de España donde intentaban llevarla a cabo, y se ha llevado por delante al consejero de Sanidad Sr. Lasquetty que se ha visto obligado a dimitir o más bien ha sido cesado por los propios madrileños. Resulta paradójico e irrisorio que quién más ha atacado al estado de bienestar, conseguido a fuerza de años de empuje y esfuerzo con políticas progresistas, ahora le premien con el galardón de defensor de los servicios públicos. Lo ocurrido en Madrid, cerca de dos años de movilizaciones de la llamada marea blanca, es la prueba fehaciente de que “sí se puede”, lo han conseguido la protesta diaria de personal sanitario, injustamente maltratado y vilipendiado, los ciudadanos y la oposición, protesta llevada a cabo en todos los ámbitos, desde la calle a los propios tribunales. Qué duda cabe que lo ocurrido, que ha llenado de celebraciones la puerta de hospitales y centros de salud, representa un duro golpe para el PP y sus políticas privatizadoras. Es por eso que esto no afecta únicamente a Madrid sino a todos los españoles que ya sabemos que “sí se puede” y cuál es el camino. Cree el presidente que con esta dimisión se acabará toda protesta. Pero los mismos ciudadanos han dejado claro que no hay que parar en la defensa de la sanidad pública pues los que han fracasado en la privatización no se van a dar por vencidos para expoliar la sanidad pública y buscarán otros caminos como el deterioro de los servicios a base de recortes que provoquen su mal funcionamiento, o bien con las derivaciones a clínicas privadas. Así que atentos. La otra gran noticia de la semana ha sido el cese de Pedro J como director de El Mundo. Se dicen muchas cosas sobre este sorprendente cese del que lleva 25 años al frente del periódico. Si es cierto, como se rumorea en todos los ámbitos, que se ha producido por exigencias de Rajoy, es que se ha perdido la desvergüenza en este país. No es Pedro J periodista de mi devoción, ha presumido de cesar presidentes, se creó la teoría de la conspiración del 11M y antes de las elecciones pidió el voto para que el PP obtuviera la mayoría absoluta y de la que ahora sufrimos las consecuencias. Lo que ha ocurrido es lo mismo que él aplicó a otros gobiernos que no le siguieron el juego. Es muy grave que este cese se produzca por incomodar a los propios poderes del Estado, desde la Casa Real al propio gobierno, por sacar a la luz pública los casos de corrupción que hoy llenan las noticias de todos los medios. En mi opinión tiene la misma gravedad aplicar la censura en un país que presionar para el cese del director que ha publicado sobre el caso Bárcenas o el ático de super lujo en Marbella de Ignacio González. Quien exige el cese del director de un periódico o de un periodista es que no cree en la democracia. ¿Qué será lo próximo que se atreva a hacer el gobierno? Lo cierto es que en este país parece que las víctimas del caso Gürtell son el Juez Garzón y Pedro J, a los que quizás la diputada Andrea Fabra, al igual que gritó desde su escaño, a los parados que perdían su prestación por desempleo, les dedique también su ya famoso “que se jodan”.

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