martes, 13 de mayo de 2014

Bipartidismo

En esto días la palabra que más se está utilizando en la actualidad política española es “bipartidismo”. Y como se está utilizando hasta la saciedad como estrategia política de cara a las elecciones europeas del próximo 25 de mayo conviene hacer alguna reflexión con la sana intención de colocar las cosas en su lugar correspondiente. Lo cierto es que hay a quién se le llena la boca de principios y valores para después caer en la basura del todo vale. Se refiere la real Academia de la Lengua como bipartidismo al sistema político por el cual hay dos partidos predominantes que comparten o se alternan en el poder. Si damos un repaso por toda la geografía del estado de las autonomías observaremos cómo el PP gobierna en solitario en varias de ellas sin ningún tipo de coalición, en Cataluña gobierna un bipartito con CIU y Ezquerra República, y en Andalucía y Asturias hay acuerdos de gobierno entre Psoe e IU. Lógico es que cuando un partido político no tiene mayoría absoluta busque los acuerdos necesarios que hagan posible la gobernabilidad del estado, y lógico es también que esos acuerdos se produzcan entre partidos con los que hay puntos en común tanto en principios como en estrategia política, lo contrario sería antinatura, de ahí los acuerdos con IU para en caso de no alcanzar mayoría absoluta en las municipales, gobierne la lista más votada de los dos partidos. Fuera de ahí no hay más situación de bipartito que la de Asturias, Andalucía y Cataluña, y la excepción contranatura de Extremadura donde el PP, el partido de los recortes, se mantiene en el poder gracias al apoyo de IU. Es curioso que a pesar de esta clara realidad, a medida que avanza la campaña electoral,  se utiliza cada vez más el término “bipartidismo”, al principio por Izquierda Unida y ahora se le está añadiendo el PP, coincidiendo ambos en la misma estrategia. Pero como la verdad es muy tozuda y siempre termina imponiéndose, le ha estallado en las propias manos a Izquierda Unida con lo que está ocurriendo en estos días en Extremadura, dejando a la llamada coalición de izquierda desnuda sin su principal estrategia. Y es que el todo vale trae estas consecuencias, y en lugar de trabajar conjuntamente para que no gobierne el partido que denigra a la mujer, deja a nuestros jóvenes sin becas o cierra centros de urgencias por toda la geografía extremeña, prefiere dejar pasar la oportunidad de la moción de censura presentada por el Psoe porque según IU no es el momento. Estrategia consumada del llamado sorpaso que ya realizó hace años el místico Anguita en Andalucía e intentó en España y que hoy exige llevar a cabo en Andalucía tanto Anguita como Gordillo o Cañamero, es decir dejar que el PP gobierne en Andalucía. Seguro que cuando los extremeños votaron en las elecciones a Izquierda Unida no se imaginaban que su voto iba a servir para que gobernarse el PP, y los que a boca llena utilizan, sabiendo que no es verdad, el ya manido “PSOE PP la misma mierda es”, quizás tuvieran que tragarse ahora en dicha comunidad “IU PP la misma mierda es” y dejan la duda a miles de ciudadanos sobre si votando a IU están dando su apoyo a PP. Lo cierto es que desgraciadamente quién reparte carnets de ser de izquierda o no, en Extremadura se ha convertido en la marca blanca del PP. Y ello es doloroso, pues no es esa actitud que uno espera de un partido de izquierda y que debe regirse por el principio de solidaridad. Y que espero que cambie de actitud en el futuro del mismo modo que los andaluces lo obligaron a cambiar la estrategia de la pinza en Andalucía, porque coincidir en la misma actitud y estrategia contra el Psoe no es otra cosa que un reverdecimiento de la ya trasnochada pinza entre IU y PP y dejar a los trabajadores en la estacada.  Los españoles tienen que tener claro que votar a IU no es votar al PP y para ello nada mejor que sacar al partido de Rajoy del gobierno de Extremadura, ahora tienen la oportunidad. Y es que no es lo mismo Psoe y PP por mucho que lo repitan por todas partes, no es lo mismo quien construye el estado de bienestar que quien lo destruye, no es lo mismo quién aumenta el número de becas para hijos de trabajadores que quién se las quita. Cansa escuchar sin cesar estos falsos eslóganes, mientras no obtienen otras cosas que respeto. Pero ha llegado el momento de poner las cosas en su sitio ante tanto insulto por parte de quien a la postre ha traicionado a la izquierda en Extremadura, región tan castigada por la derecha como la misma Andalucía, y ojo avizor para que eso no ocurra más, para que la mayoría de izquierdas de España se refleje en las urnas.

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