lunes, 3 de mayo de 2010

La volvió a liar

El pasado miércoles tuvimos el pleno ordinario correspondiente al mes de abril. Y cómo no, se volvió a liar, o mejor dicho la volvió a liar el Señor Bellido. Fue un pleno extraño en que había muchas mociones presentadas por los distintos partidos, principalmente desde la oposición del PP y PA. Yo diría que demasiadas mociones, once en total. La mayoría de ellas para tratar temas que ni siquiera tienen que ver con Lebrija y en las que nuestro Ayuntamiento no puede decidir absolutamente nada. Desde mi punto de vista se está usando y abusando de la presentación de mociones que tan sólo sirven para crispar el ambiente y mostrar un posicionamiento ideológico ya de por sí innecesario. Y es que hablar de condena o de apoyo al régimen cubano, de Colombia y sus paramilitares, de la casa de Blas Infantes o del aborto es malgastar el tiempo de nuestros concejales y los recursos de nuestra ciudad. Y los mismos que presentan una moción critican la del otro, ironías de la vida, con el argumento de que podrían hablar mejor de la situación económica y los parados. Y es que cada tema tiene sus foros y sus lugares de decisión. Los partidos presentes en el Ayuntamiento deberían hacer un esfuerzo por limitar el número de mociones a presentar y que éstas fueran exclusivamente relacionadas con nuestra ciudad y que bien se lo merece. Si ese esfuerzo no se realiza, debería proponerse para la próxima legislatura el cambio en el reglamento del Pleno, limitando el número de mociones a presentar por partido en la corporación. Es una propuesta que por el buen desarrollo de los plenos debería al menos estudiarse.

La oposición del PP tiene un problema como consecuencia de no trabajar seriamente los puntos a tratar en los Plenos y suelen realizar propuestas que dejan perplejos a quienes las escuchamos por lo absurda de las mismas. Escuchar al Sr. Monge, nuevo Presidente del PP lebrijano, criticar por no conocer el precio de las motos en el parking, entra de lleno en el esperpento y el ridículo más absoluto que seguro dejará abochornado a más de un compañero de filas. Todavía no ha comprendido que nadie con motocicleta utilizará el parking y sobre todo disponiendo de varios aparcamientos al lado mismo de la plaza. Pero bueno, aún así puede que lo pregunte una tercera vez en algún otro Pleno. Pero no quedó ahí la cosa, y rizando el rizo propuso que se abriera el parking de noche para que pudieran aparcar los jóvenes que salen de marcha. Y es que este señor, que tanto habla del botellódromo, sigue sin comprender que salir de marcha, coger el coche y alcohol son incompatibles. Pero sigue siendo concejal del PP. Y continuó realizando alguna que otra propuesta sobre el parking dejando en todas ellas a las claras que no ha comprendido nada, que lo que se ha inaugurado es un parking donde entren y salgan los vehículos continuamente y no un garaje donde se deja el coche guardado hasta la siguiente vez que vaya a usarlo.

Su compañero D. Francisco Bellido dejó la nota desagradable de la noche. Y es que D. Francisco no puede pasar desapercibido porque sufre si eso ocurre. Creo sinceramente que no está para representar a nadie, que lo mejor sería que dimitiera y se marchara a casa a descansar. Y es un buen consejo y muy sincero. Su actuación de la otra noche fue vergonzosa para Lebrija entera y al día de hoy no se le ha ocurrido pedir unas disculpas que tendría que hacer no sólo ante la ciudad sino ante muchos lebrijanos y lebrijanas. El Sr. Bellido confunde los términos porque el odio le ciega. No puede hacerse ni se puede repetir jamás lo ocurrido, pero lo sucedido necesita una reparación contundente e irse a Sevilla, donde vive, porque a Lebrija no la puede representar. Confundir una moción de apoyo a Garzón, ¡ay, con las mociones!, con desenterrar hechos ocurridos hace setenta años es de una torpeza infinita. Y más aún si para colmo le pone nombre y apellidos. Grave error el suyo que, repito, necesita una reparación que no es otra, repito, que dimitir. Y si no lo hace, demostrará lo que es y que ya se lo llamaron en el mismo pleno.