Miles de personas salieron á la calle el pasado sábado para mostrar su apoyo al juez de la Audiencia Nacional Baltazar Garzón y para homenajear a las víctimas del franquismo. Las manifestaciones de apoyo al juez se han convocado a través de las redes sociales en internet y es que los ciudadanos están indignados y se han mostrado dispuesto a protestar ante lo que consideran un grave atropello. Las movilizaciones y manifestaciones de apoyo a Garzón se han producido además en muchos otros lugares del mundo como Francia, Inglaterra, Chile, Argentina, Alemania, Austria… La ONU y veintiséis estados han firmado también una declaración de apoyo a Garzón que entre otras cosas dice que “personas que han padecido tantos años de dictadura ven apagarse sus vidas sin tener la oportunidad de conocer el paradero de sus seres queridos y de poder darles una sepultura digna”. Es del todo incomprensible que nunca se haya procesado a nadie por los crímenes franquistas y se procese a Garzón por intentar vaciar los caminos de España de fosas con víctimas con nombres y apellidos del genocidio franquista. No se entiende que se pretenda dejar estas fosas sin abrir, sin que los familiares de las víctimas puedan recuperar los restos de sus abuelos o abuelas o a sus padres asesinados. Cada persona tiene el derecho de poder enterrar a sus muertos. Es una enorme vergüenza que hoy, en 2010, miles de personas se encuentren enterradas en las cunetas. Recuperar la memoria histórica no lleva afán revanchista, se trata simplemente y llanamente de hacer justicia, de enterrar con dignidad a los asesinados. Las heridas no pueden cerrarse mientras los familiares no hayan recuperado los restos de cada una de las cientos de fosas existentes en nuestro país.
Lo ocurrido con Garzón no tiene nombre, son muchos los que piensan que se criminaliza al juez que además ha investigado la trama de corrupción que invade al PP. La ONU en su manifiesto de apoyo dice además que “el país que ensanchó los caminos de acceso a la justicia universal está a punto de convertirse en un referente de la injusticia universal”. Esta semana además, se ha conocido que el Supremo ha expulsado a Falange del proceso contra Garzón. Todavía queda el llamado, sindicato de ultradererecha y franquista, “Manos limpias”. La expulsión de Falange del proceso ha sido un triunfo de las movilizaciones ciudadanas, también del mundo de la cultura y de la universidad, que han ganado una importante batalla. Es incomprensible que estos grupos, Falange y Manos Limpias, que en la Europa occidental serían considerados ilegales, campeen por nuestro país a su antojo sin que nadie los ponga de una vez en su sitio.
Lamentable también, pero que muy lamentable la actitud del Partido Popular. Lo cierto es que Fraga lo introdujo en la democracia durante la transición, fue la gran aportación de un hombre con sentido de estado, pero la camada de Aznar y los jóvenes que le siguieron entonces como Rajoy, Arenas, Trillo, Acebes, Camps, Cascos,…lo han vuelto a introducir el franquismo puro y duro. Flaco servicio al país de un señor como Aznar al que Arenas acaba de volver citar este fin de semana como “el mejor gobernante que ha tenido nuestro país”. Y mientras tanto Aguirre en Madrid acaba de insultar a las víctimas del franquismo a los que ha llamado “aquelarre de carcamales resentidos” después justificar en la Asamblea de Madrid el golpe de estado del general Franco. El PP no puede seguir por esta línea, no es bueno para España, alguien debe centrarlo. Y si no fuera posible, que me temo que así sea, que lo abandonen aquellos que se sientan demócratas, aquellos que se avergüencen de todo lo que ocurre en ese partido que es mucho y grave. Y es que a nuestro país le hace falta una derecha centrada y democrática que miren por el bien público por encima de todo y que vaya por otros derroteros bien distintos.
