lunes, 21 de mayo de 2012

Reliquia decadente

Este fin de semana he podido disfrutar en televisión de la magnífica película John Q, protagonizada por el también magnífico actor Denzel Washintong. En la misma se narran las vicisitudes por la que pasa una familia a cuyo le hijo se le detecta una grave enfermedad de la que sólo puede salir con un trasplante de corazón. En el hospital lo primero que le piden es el seguro médico y descubren que la empresa donde trabajaba se lo había cambiado por uno más barato pero que no disponía de cobertura total. Por lo que si quería salvar al hijo de doce años tenía abonar más de 250.000 dólares, adelantando un 30 % del total. El protagonista se ve obligado a vender todas sus pertenencias, y aún así se aleja mucho de la enorme suma de dinero que se le pide. En el hospital tan sólo le ofrecen, ya que no tiene dinero para pagar la operación, cuidados paliativos para una muerte no dolorosa. No cuento más, porque creo que debéis hacer lo posible para ver la película ya que puede ser un ejemplo sobre hacia qué tipo de sanidad nos conduce este gobierno.

 Así es como funciona la sanidad en Estados Unidos donde muchos ciudadanos no cuentan con seguro médico, y los que lo tienen, no siempre con cobertura total ante cualquier situación que pudiera producirse. Es todo un reflejo de un mundo injusto en el que la salud sólo es posible para el que se la puede pagar. Y desgraciadamente este es el camino en el que nos está introduciendo el gobierno del PP con los recortes y la introducción del copago sanitario incluso para pensionistas. Desgraciadamente, es ley de vida que sean nuestros mayores los que más usan los servicios de nuestra sanidad pública, precisamente a los que se le va a hacer pagar por medicamentos, los años no perdonan a nadie y obligan a tomar diariamente pastillas de todos los colores. Puede incluso que algunos se vean abocados a decidir no tomar alguno de sus medicamentos, simplemente para poder comer. También van a tener que pagar las prótesis, carritos, muletas, férulas, tiritas para medir el nivel de azúcar en diabéticos, el transporte para ir a diálisis, tres veces por semana, a quimioterapia, rehabilitación…Así mismo hemos podido conocer que aquellos enfermos que no pueden comer y necesitan de alimentación parenteral, directamente al estómago a través de sondas, tendrán que abonar el 50% del valor de dichos productos. Y esto en muchísimos casos es algo más que imposible para muchísimas familias con pensiones muy ajustadas o en paro, pues su valor está por encima de los 500 € al mes.

 Esta ha sido una mala semana para el país pues nuestro Sistema Nacional de Salud lo ha cambiado el gobierno del PP en el Congreso de los Diputados gracias a su mayoría absoluta. Nuestro sistema, cuya cobertura nacional a todos y cada uno de los españoles llegó con el gobierno socialista de Felipe González, se fundamentó en el derecho al mismo en razón de ciudadanía. Nadie quedaba excluido. El gobierno de Rajoy que sigue sin contar con nadie, ahora nos dice que sólo tienes derecho a la sanidad pública si eres asegurado. Desaparece con el PP un sistema que contaba con una cartera única y sin discriminaciones, con políticas de lucha frente a la desigualdad y con una clara orientación a la promoción de la salud, la prevención, la asistencia y a la rehabilitación. Para el gobierno de Rajoy el derecho lo da el ser asegurado y no el ser ciudadano, algo que a la larga permitirá acceder a mejores coberturas sanitarias a los que cuenten con medios, o lo que es lo mismo, una sanidad para pobres y otra para ricos, eliminando de un plumazo lo que de cohesión tenía nuestro sistema.

Dice el gobierno de Rajoy, con la señora Mato al frente del ministerio, que nuestro sistema es del todo insostenible, pero hay empresas privadas deseosas de hacerse con él. A algunas de ellas el PP les está entregando en bandeja nuestros hospitales en las comunidades donde gobiernan. Lo cierto es que el PP está pretendiendo contener el déficit público, generado por comunidades gobernadas por el PP como Madrid y Valencia cuyas cuentas se han demostrado una vez más falseadas según acabamos de ver este pasado fin de semana, con los recortes en sanidad y educación. Pero hay alternativas sin necesidad de aplicar copago sanitario ni recortes educativos, ni que tampoco nos cueste el empleo público, ello lo está demostrando la Junta de Andalucía con sus planes de viabilidad y que hoy son la envidia de ciudadanos de otras comunidades. Algunos portavoces del PP se han atrevido a llamar a la sanidad pública como “una reliquia decadente”.

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