Hacer leyes para que el pueblo las cumpla sin que
los ciudadanos tengan nada que decir ante ellas, es el más claro ejemplo del
significado del término Despotismo. Por extensión también se considera déspota
al que abusa de su poder al margen de la ley por el mero hecho de tenerlo, son
personas que se sienten superiores a los demás por ocupar un cargo importante,
y también se sienten por encima de la ley, que en definitiva va para otros y
que ellos no tienen nada que ver. Desgraciadamente esta situación se extiende a
veces a sus familiares, llámese hijos, esposas o yernos. Son aquellos que usan
y abusan del “usted no sabe con quién está hablando” o “usted no sabe quién soy
yo”. Y lo que estos sujetos no se dan cuenta y no consideran que es
precisamente en estos hechos donde no pueden ocultar su personalidad y muestran
ante los demás su auténtica y vergonzosa naturaleza. Viene todo esto a cuento
de que hoy lunes me he desayunado en la prensa como un ejemplo más de
despotismo, en este país. Y ahora con Gallardón hijo, que se da a la fuga tras
un accidente de automóvil para refugiarse en casa de papá ministro. Claro, no
contaban con se le pudo tomar la matrícula. Fue un hecho muy semejante en
algunos aspectos al de Esperanza Aguirre con la policía local. El hijo se
detiene, mira los daños, se sube en el coche y sale huyendo. Aguirre es
retenida por la policía de movilidad de Madrid para ser multada, pero la
“marquesa” arranca el motor de su vehículo, se lleva por delante la moto de los
agentes locales y tras persecución por las calles de Madrid, al más estilo de
cine de acción, se refugia en su casa. Lo cierto es que a ninguno de los dos se
les pudo hacer test de alcoholemia. Y si esto le ocurre a un ciudadano de a pié
toda la dureza de la ley hubiera caído sobre él. Hay quien señala que el hecho
de que Aguirre o el hijo de Gallardón se dieran a la fuga es un claro ejemplo
de que la ley es igual para todos, tan sólo les ha faltado añadir que huyeron
en defensa de la libertad y luchando contra el comunismo internacional.
También los indultos que dan el gobierno, ley que es
necesario cambiar antes que ya, son un claro ejemplo de despotismo, el
indultado siempre es persona relacionada en la mayoría de los casos con los
poderes económicos, con la corrupción y con casos de condena por abuso o
tortura policial, haciéndole con ello un flaco favor al cuerpo policial
correspondiente y a la justicia. Y así nos hemos encontrado este fin de semana
con un indulto a una persona perteneciente a cuerpos de seguridad por grabar
una serie de abusos a una chica por parte de un amigo sin hacer nada por
impedirlo con el agravante de autoridad. Tras ser condenado, es indultado por
el ministro Gallardón. Y como todo se logra saber antes que después, resulta
que el indultado es hijo de un concejal del PP que promovió toda una campaña de
recogida de firmas para el indulto. Un hecho tan déspota como el indulto
al kamikaze que mató a un ciudadano en
dirección contraria por una autopista y que a la postre fue defendido por el
despacho de abogados donde trabajaba el hijo de Gallardón. Despotismo es
eliminar los derechos laborales con una reforma laboral que deja a los
trabajadores a los pies de los caballos, despotismo es tratar de vender
nuestros hospitales públicos a empresas de construcción o seguros médicos
privados. Despotismo es cambiar la ley de educación en contra de la opinión
generalizada o de endurecer y disminuir el sistema de becas. Despotismo es el
nuevo invento del gobierno de Rajoy pretendiendo sustituir las becas por un
sistema de préstamo, favoreciendo a familias potentes económicas, pues ¿quién
va a pedir o préstamo para estudiar si después no va a poder devolverlo o no
tiene quien le avale pues su familia está en paro como consecuencia de la
reforma laboral? Y es que aquí lo que más molesta es que los hijos de
trabajadores accedan a la universidad en igualdad de condiciones. Despotismo es
gobernar a base de decreto ley, despotismo es despojar a la mujer de todos sus
derechos como mujer en una actitud tan misógina como la del ministro Gallardón,
despotismo es no ayudar a las personas más desprotegidas de la sociedad como
son los discapacitados. El gobierno de Rajoy practica el despotismo de una
manera clara cuando manda a los ciudadanos al paro sin derecho alguno, mientras
ellos recibían sobresueldos, despotismo es no dimitir al descubrirse el asunto.
Despotismo es no dimitir un presidente del PP al descubrirse una contabilidad
en B dentro de su partido. Despotismo es tratar de salvar de la justicia por
ser miembros de la “realeza”, por “ser vos quién sois”. La propia
inviolabilidad del jefe del estado, haga lo que haga, es un claro ejemplo de
despotismo que recoge nuestra constitución y que deber ser eliminado de raíz.
Los resultados de las últimas elecciones son un más que claro ejemplo de que
los ciudadanos están hartos de tanto déspota y de tan poca transparencia.
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