martes, 18 de septiembre de 2007

No dejaron salir los toros de fuego

Espléndida feria la que se ha vivido este año tras cuatro años de sequía incompetente. Y es que la mano del nuevo equipo de gobierno se está notando a pesar de llevar tan solo dos meses al frente de la ciudad. Era cuestión de querer y saber, de devolver a Lebrija al lugar que le corresponde. Y bien que se ha notado, desde la magnífica caseta municipal, su organización, su alumbrado, su limpieza… Todos los concejales han contribuido desde su delegación. Magnífica la idea de la sala de lactancia de la Delegación de Infancia donde las madres han podido calentar sus potitos o cambiar en un ambiente adecuado a sus bebés. Muy bien por los puntos limpios colocados estratégicamente. Magnífica la reacción desde la Delegación de Mantenimiento de la Ciudad para que el concierto de Kiko y Shara que miles de jóvenes disfrutaron se pudiera celebrar, pues apenas unas horas antes el lugar estaba cubierto por más de una cuarta de agua. Ni siquiera las fuertes trombas de agua caídas han sido capaces de empañar la feria, nuestra feria. Lamentable la no asistencia de la oposición a los actos oficiales, ni a la inauguración, ni al desfile de la patrona. Claro que pretender dirigir la oposición y marcharse a su pueblo durante las fiestas es algo complicado. Lo cierto es que la feria se ha vivido con ganas en un pueblo que cada vez se nota más limpio.

El único incidente, muy grave desde mi punto de vista, fue lo ocurrido en la plaza de España durante la tradicional suelta de toros de fuego. Tan grave que espero que tenga consecuencias inmediatas para sus promotores. Lo ocurrido no se puede dejar pasar, no se puede dar el mensaje a la ciudadanía de que todo el que quiera algo puede hacer lo que le venga en gana para conseguirlo. Todo tiene unos procedimientos y unos límites en el respeto a las personas y en el cumplimiento de la ley. Los hechos acaecidos la pasada semana están tipificados en el código penal como delito y las personas que dieron la cara como instigadores, claramente señalados e identificados; otros ni siquiera dieron la cara a pesar de estar claramente detrás. Todos los hemos podido ver en las imágenes de la televisión local. Ellos son responsables de lo ocurrido y de lo que pudo haber sucedido y que afortunadamente no pasó. Lo cierto es que nuestro pueblo no pudo disfrutar de los toros de fuego porque treinta personas impidieron que salieran. Impidieron un acto público, crearon incidentes, faltaron al respeto gravemente a nuestra alcaldesa, agredieron con naranjas a la policía local, intentaron boicotear, aunque no pudieron el concierto de Kiko y Shara,… demasiadas cosas para que se dejen pasar como si no hubiera ocurrido nada.

Lamentable la acción de cierto personajillo indecente que desde su tribuna nos ha bombardeado con sus mentiras en todo lo que se refiere a la suelta del toro en la calle. Demasiado joven para tanta indecencia. Y desde esta columna mi solidaridad para con Mari Fernández. Me consta que son muchos los ciudadanos y jóvenes que se han dirigido a ella para darle sus muestras de apoyo, sé que ha sido abordada continuamente tanto en la calle como en la feria por multitud de gente de bien que no están de acuerdo con lo sucedido. Y es que todo tiene sus procedimientos. Quien desee reclamar algo tiene formas de hacerlo adecuadamente, lo que no puede es saltarse la ley y provocar graves altercados públicos. Y quien así actúa, ahora tiene que “apechugar” con sus consecuencias. Y los que han querido hacer política con este tema, dejando claro que “todo vale”, que reflexionen y vean donde se encuentran porque a los ciudadanos no se les puede engañar ya que la verdad siempre termina por imponerse.

Mi enhorabuena al Ayuntamiento por eliminar de nuestra feria la suelta del toro en la calle. Eran muchos los ciudadanos que lo reclamaban por ser un espectáculo impropio de nuestra ciudad y de nuestra cultura. La suelta del toro representaba algo muy costoso para Lebrija por lo que significaba para el mobiliario urbano, árboles, viviendas de los lebrijanos y por lo que podía significar de peligro para las vidas de muchos que en condiciones lamentables tras una noche de feria se enfrentaban al toro. Ya hay muchas familias con el dolor por una muerte y muchos heridos para continuar con este bochornoso espectáculo que de ninguna manera representa una tradición de nuestra tierra. Con la suelta del toro también hay cosas que quizás muchos lebrijanos desconozcan, como que nos traen un toro metido inmóvil en un cajón sin luz durante tres o cuatro días, sin comida ni bebida. Toro al que después sueltan para que corra dos horas por las calles y que después, a duras penas, vuelven a encerrar en el mismo cajón para conducirlo al matadero para su sacrificio. ¿Sabe alguien que recientemente un toro murió de infarto en el cajón durante su traslado al matadero tras correr nuestras calles? Lebrija, ya se ha pronunciado, y el gobierno municipal ha actuado. Mis sinceras felicitaciones.

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