Llevamos un tiempo observando al principal partido
de la oposición lebrijana, el PP, realizando una serie de propuestas en el
pleno municipal o realizando una
recogida de firmas entre los ciudadanos reclamando algunas medidas al
gobierno municipal. Efectivamente ese es uno de los principales papeles de la
oposición, ofrecer alternativas al gobierno y darlas a conocer a los vecinos. Pero
esta importante labor también tiene que mostrar coherencia entre lo que se dice
y se pide y lo que después se lleva a cabo cuando se gobierna, no nos vaya a
ocurrir como con las grandes promesas de Rajoy que no sólo no se han cumplido
sino que se han dirigido al polo opuesto. Me ha sorprendido el PP lebrijano
pidiendo que no se corte el agua a personas que pasan necesidad, sensibilidad
sobrevenida a última hora pero que no tiene nada que ver con la política
practicada hasta el momento. Y si queremos hablar de sensibilidad por qué no
nos referimos a las personas dependientes a las que han recortado las ayudas o
incluso se las han negado, la mayoría ancianos o enfermos crónicos. Lo cierto
es que el PP se ha propuesto eliminar ese cuarto pilar del estado que supone la
ley de la dependencia, primero boicoteándolo en las comunidades donde gobernaba
y después reduciendo desde el gobierno de la nación las partidas
presupuestarias impidiendo que se añadan nuevos dependientes, metiendo a una
ley que creó grandes esperanzas en una vía muerta y en un camino sin retorno
con el gobierno popular. Y si queremos hablar de sensibilidad podemos hablar
también de familias de trabajadores donde se eliminan derechos laborales y a
sus hijos e hijas se les quita la posibilidad de ir a la universidad porque se les retira progresivamente la consecución de becas de estudios porque parece
que no quieren que se suba en la escala social, y todo ello al mismo tiempo que
se recorta en educación a la escuela pública. Y si queremos hablar de
sensibilidad podemos referirnos también a nuestros pensionistas, muchos de
ellos enfermos crónicos y al mismo tiempo sustento de familias de hijos en
paro, a los que se les devalúa sus pensiones y se les recorta en medicinas y
prótesis hasta el punto de tener que decidir entre adquirir el medicamento o
comer o pagar la hipoteca de la hija en paro. Y si queremos hablar de
sensibilidad podemos hacerlo también con estas personas mayores que fueron
estafados por los bancos y cuyos ahorros de toda su vida no pueden disfrutar
porque fueron metidos en preferentes. Y si queremos hablar de sensibilidad
podemos referirnos también a los menores que para ahorrar en sanidad se les
retira vacunas poniendo en grave riesgo su salud futura, o se les quita las
ayuda de comedor o de de libros. Los partidos políticos tienen que ser
fundamentalmente sensibles hacia las preocupaciones ciudadanas, pero han de ser
sobretodo creíbles en sus reivindicaciones bajo riesgo de llevarse por delante el sistema por un puñado de votos. Y es que hoy toda muestra aparente de
sensibilidad por el PP carece de verosimilitud, los hechos están por delante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario