martes, 22 de octubre de 2013

24 de octubre, la escuela pública protagonista

Ha comenzado la cuenta atrás de una semana de protestas contra la llamada ley Wert y los recortes en educación y que culminará el jueves 24 con una huelga general de toda la enseñanza. Una ley hecha a espaldas de los ciudadanos y de toda la comunidad educativa y que ha provocado la indignación de estudiantes, profesorado, padres y madres, sindicatos, universidad, confederaciones de madres y padres que paralizarán la educación pública. La ley Wert supone un paso atrás que nos devuelve a la España en blanco y negro, la España de hace cuarenta años, la de la reválida y el catecismo, de la segregación, del elitismo y el sexismo, la de la falta de igualdad de oportunidades… Todo eso representa una ley que elimina la participación de las familias de la escuela, participación que debe constituir un pilar básico en una escuela moderna y que eduque en valores. Los Consejos Escolares pierden la mayoría de sus competencias y el director adquiere todo el poder. Los centros volverán a la tarima que elimina el pensamiento crítico y científico.

Hay motivos para el día 24 de octubre llevar a cabo una huelga que muestre el rechazo ciudadano contra esta política regresiva y encarnada en el peor ministro de la democracia. Es mucho lo que está en juego con una ley y sus recortes que sólo generan desigualdad y que castiga a quienes tienen menos recursos, recortes que tienen efectos también a largo plazo y que afectarán a generaciones futuras. Una ley que deja a muchos jóvenes sin futuro al disminuir el número de becas y eliminarse de las ellas el principio básico de igualdad de oportunidades. Una ley que cambia las condiciones de trabajo en la escuela con menos profesorado, aumento del número de niños y niñas por aula, disminuyen los recursos del aula y los medios que nos enganchan al mundo moderno con el uso de las nuevas tecnologías. Una ley sólo realizada al calor de los obispos españoles, de los Rouco Varela y Martín Camino que pretenden garantizarse el adoctrinamiento de nuestros menores durante las próximas décadas. Una ley que tendrá en un futuro inmediato graves repercusiones laborales para el profesorado. Una ley en definitiva que debilita a la escuela pública y que potencia la escuela privada. El día 24 jueves, pasado mañana, sobran los motivos.




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