lunes, 28 de octubre de 2013

Pasó el 24 de octubre, ¿pasó la tormenta?



Pasó el 24 de octubre, el día en que la marea verde por la educación pública inundó las calles de ciudades y pueblos de España. Lebrija, cómo no, también fue protagonista en su defensa de un sistema público de enseñanza y que debe seguir siendo la base para la igualdad de oportunidades. Pero para el gobierno de Rajoy la tercera huelga de educación no ha existido. Pero se equivoca, como siempre que habla de números con los que pretende cambiar la verdad, pues en los medios de información nacionales y también internacionales esta movilización de la comunidad educativa ha constituido la primera plana de las noticias. Los estudiantes han dado todo un ejemplo, junto a sus familias, de una lucha por hacer más país en contra de una ley que es un puro despropósito desde el principio de su articulado. Un rechazo claro y manifiesto de una ley que excluye de la educación a personas con discapacidad intelectual, personas a las que por otra parte les quita la ley de la dependencia. Con esta ley se quiere volver al colegio de educación especial, amontonando discapacitados intelectuales cuando la Convención de la ONU sobre discapacidad, a la que España está adherida, señala muy claramente que se debe asegurar una educación inclusiva para todas estas personas en centros de la red de colegios e institutos con los apoyos adecuados. Y es que las familias han dejado claro que no quieren una ley que segregue a los estudiantes para dejarlos al pairo de un mercado laboral cada vez injusto. Toda la Comunidad educativa se ha mostrado contraria a una LOMCE que se constituye en una carrera de obstáculos para las personas con más dificultades, en la propia genética del educador está el ir en contra de una ley segregadora con itinerario excluyentes y que vuelve a la reválida en la ESO y el bachiller y también en primaria, cosa que posibilitará no estudiar para mejorar competencias sino para poder aprobar un examen. En las manifestaciones llevadas a cabo por toda España han pedido la dimisión de Wert y la retirada de la LOMCE, una ley que no cuenta con otro apoyo que el del partido popular. Y para olvidarnos de todos los problemas que nos acucian día a día, Rajoy vuelve a utilizar el terrorismo como arma política apoyando una manifestación de la asociación de víctimas pidiendo la asistencia de sus militantes, victimas asesinadas salvajemente y enterradas con todos los honores mientras olvida a las víctimas que por miles se encuentran en cunetas y caminos, o se olvidan de los miles de jubilados, los llamados preferentistas, a los que les han estafado, por llamarlo de alguna forma, sus ahorros provenientes del trabajo de toda una vida y que tenían destinados para pasar una mejor vejez o para apoyar a algún hijo con dificultades. Pero no, ahí el PP no sale a la calle, ni apoya sus movilizaciones. Yo los animo a que si quieren salir a la calle lo hagan también para ayudar a las victimas vivas de las preferentes o a las familias, muchas de ellas con hijos menores  o ancianos, desahuciadas de sus viviendas.

No hay comentarios: