martes, 17 de diciembre de 2013

Control y mordaza

Nos encontramos con un gobierno que se sabe muy débil, es consciente de su escaso apoyo ciudadano y nula  credibilidad. El mismo Rajoy ya ha reconocido que incumplió su programa a los pocos días de tomar posesión. Son muchas las voces que reclaman su dimisión y la de sus ministros pero, como dice el ministro Wert, sólo tiran la toalla cuando salen de la ducha. Como respuesta a las múltiples  demandas sociales no encuentra otro camino que buscar apoyos indecentes en la ultraderecha de este país y para ello qué mejor que legislar en base a sus negros postulados medievales. En estos días va a salir la derogación de la ley del aborto, una ley que, pareja con las existentes en Europa,  ha posibilitado una disminución de los abortos en este país. Pero eso da igual, si consigue los votos del clero, monjas y sectores ultras del país, lo que opine una mujer les da igual, no pretenden más que decidir en su lugar. De aquí a que las adineradas vuelvan a Londres para abortar y las clases modestas pongan su vida en peligro para hacerlo en algún oscuro y escondido cuchitril no hay más que un paso. Ante tanta debilidad del gobierno no tienen otra ocurrencia que pretender evitar la protesta ciudadana, y ahí está la ya conocida como ley mordaza que nos retrotrae a los tiempos de las “lecheras”  y “los grises”. No pretenden otra cosa que ciudadanos sumisos y obedientes que no protesten contra el gobierno. Hablan de ciudadanos ejemplares pero no dan ejemplo. Hablan de transparencia pero no limpian el lodo donde están inmersos. Recurren a la herencia recibida pero no dejan de sacar dinero del fondo de reserva de pensiones. Si la policía investiga delitos económicos, el gobierno desmantela las unidades policiales encargadas de ello, y además dan instrucciones para que antes de detener a un político corrupto tengan la obligación de comunicarlo a sus superiores. Si Hacienda investiga a grandes defraudadores, el gobierno inicia una purga de esta alta institución, dejando de lado que la Agencia Tributaria debe ser un organismo independiente al margen de colores políticos. Jamás ha existido tanta manipulación en el organismo para librar de delitos a algunos personajes y empresas que han dejado de pagar sus impuestos, perjudicando con ello al resto de ciudadanos. Y es que parece claro que el PP prefiere que se investigue y se persiga al trabajador, a autónomos y pymes antes que las grandes empresas. Este el panorama después de dos años de gobierno de Rajoy donde los ministros gastan la broma de consumir productos caducados y los pobres se mueren por ello. Y ya puestos, pues a controlarlo todo. Ahora pretenden sancionar a quiénes practiquen deporte en espacios públicos no habilitados para ello. ¿Acaso sólo se podrá correr en pistas de atletismo o hacer bicicleta en velódromos? ¿Acaso pretenden ciudadanos sedentarios? Por correr multa de 100 a 1000 €, por practicar deporte solitario de “riesgo” como bicicleta o patines de 1.000 a 90.000 €. Parece una broma, ¿verdad? Pero no, es totalmente cierto. Si esto sale adelante, ¿qué haremos con los menores  que juegan y corren en las plazas de sus barrios?

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