Hoy he leído un periódico local y me ha llamado la atención que no encontré una sola noticia sobre la masacre del pueblo palestino en Gaza. Ni un titular en la portada, ni una sola nota en las páginas interiores. Más de mil muertos no son noticia, ni siquiera que de ellos más de trescientos fueran niños y niñas. Ni los tanques israelíes invadiendo y atacando zonas ocupadas por civiles, donde éstos no pueden huir, tan sólo contemplar como caen las bombas y rogar por no ser blanco de alguna de ellas. Una auténtica catástrofe humanitaria se convierte en algo rutinario sobre lo que no merece la pena informar. Eso sí, la imagen del Presidente del Real Madrid, con sus ojos llorosos, tras anunciar su renuncia, ocupa las portadas de todos los periódicos. Esa es la auténtica bomba del día. También especular sobre el futuro nuevo Presidente madridista. Sobre quién va a tener el poder de decidir en qué estrella futbolística gastar cantidades millonarias de dinero. Que el dolor está muy lejos. Y hasta podemos apagar la tele en caso de filtrarse alguna imagen escabrosa mientras comemos, no vaya a ser que hiera nuestra sensibilidad.
He ojeado más prensa, tanto provincial como nacional. Vamos, de Madrid. Y las noticias sobre el crimen al pueblo palestino ocupan muy poco espacio. Y no sé si esto responde a algún tipo de consigna, o de acción eficaz por parte del gobierno israelí sobre lo medios de comunicación. Pero ocurre así. Y el medio, bien televisivo o periodístico, que se atreve a denunciar y a informar del genocidio al pueblo palestino, es inmediatamente acusado de antisemita. Qué corta es la memoria histórica del pueblo judío.
En estos días se están produciendo manifestaciones de apoyo al pueblo palestino en muchos lugares del mundo. También en España hemos podido ver distintas convocatorias. En Madrid se juntaron hace unos días un cuarto de millón de personas espantadas que pidieron parar el genocidio contra el pueblo palestino. Allí estaban todas las organizaciones convocantes. Los sindicatos, ONGs, todos los partidos políticos que forman parte del arco parlamentario. Todos, menos el PP que siempre está evitando pronunciarse. Y cuando dice algo, es para manifestar que no quiere ponerse de ninguna parte. Cómo si ambas partes fueran iguales. Cómo si se pudieran equiparar piedras y tanques. Cómo si se pudiera estar a igual distancia de quien mata y de quien muere. Aznar, no. Aznar habla claro. Dice que Israel actúa en defensa propia y apoya claramente la actuación israelí. Igual que apoyó la guerra de Irak. Y es que las aguas andan revueltas en el PP pues no se sabe quien dirige, ni hacia dónde va. Hoy he podido escuchar a Rajoy en una entrevista en la cadena SER. Una hora hablando para decir obviedades con las que todo el mundo está de acuerdo. “Nos preocupa la educación”, dijo. “Nos preocupa la derrota del terrorismo”, también dijo. “Nos preocupa la economía”, añadió. “La prioridad son los niños”, sentenció Rajoy. Yo también, Sr. Rajoy. Y todo el mundo, créame. Pero después hay que bajar a la arena de las políticas reales. Y ahí debería explicar muchas cosas que hace su partido en las comunidades donde gobierna y que le contradicen. Y si su prioridad son los niños, y las familias que tanto dice defender, grite con el resto de españoles,”Paremos el genocidio contra el pueblo palestino”.