La semana terminó con la habitual rueda de prensa del Partido Popular de Lebrija. Esta vez con D. Francisco Bellido y su nuevo Presidente el Sr. Monge, los dos juntos como queriendo demostrar que no hay problemas entre ellos, que aquello que dijo en el último Pleno, refiriéndose al Sr. Bellido de “que no le iba a tapar la boca con un esparadrapo” no era más que una anécdota pasada y que “ya se juntan”. Cuando observo las ruedas de prensa del PP lebrijano, siento que pretenden conseguir algún tipo de record, como a ver que semana la dicen “más gorda”. Y si ese era su verdadero objetivo, la verdad que esta vez lo han conseguido y han traspasado todas las líneas de lo permisible. No sé si es que se les llena la boca al hablar y no piensan lo que dicen, pero lo dicho en esta ocasión es del todo reprobable.
Han manifestado que desde el Ayuntamiento “se pretende adoctrinar a los niños y niñas” de Lebrija. Y lo repitieron en sus manifestaciones, “eso se puede calificar de adoctrinamiento”. Y se quedaron “tan panchos” y satisfechos como después de terminar una buena y difícil tarea. Y todo porque el Ayuntamiento, con ocasión de la puesta a exposición pública del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), se ha repartido entre los colegios un cómic donde se explica qué es un PGOU, cómo se construye una ciudad que sirva a los ciudadanos, la importancia de las zonas verdes, de las zonas industriales, de las zonas destinadas a equipamientos y servicios… Y es que estos señores del PP no saben distinguir entre lo que es educación y hacer pedagogía del adoctrinamiento, confunden en definitiva lo que es una formación integral de nuestros menores con “adoctrinar”. Pero lo han dicho y de forma clara, “Lo que este gobierno está haciendo es adoctrinamiento” para añadir que esos recursos “podían emplearlos en otros temas educativos”. Y es que sólo la estrechez de mente puede llevarles a este razonamiento.
Los ayuntamientos y otras administraciones públicas están obligados a realizar una labor eminentemente pedagógica que es necesaria, hoy más que nunca, en nuestra sociedad, sobre todo porque en un mundo tan economicista como en el que vivimos hay grandes poderes que les importan muy poco los intereses de los ciudadanos. Es obligación enseñar a nuestros niños y niñas que una ciudad tiene que estar construida al servicio de los ciudadanos, diseñada para que sirva a todos, mayores, niños y niñas, discapacitados, ancianos…, en definitiva una ciudad solidaria. Eso es educar en el respeto. Esa es una labor que hay enseñar, de igual manera que se educa en la educación vial o en el cuidado de nuestros parques o en un consumo responsable. Y eso se hace desde el Ayuntamiento, desde el nuestro, también desde otros muchos. Los Ayuntamientos en su labor pedagógica mandan mensajes continuos a sus ciudadanos. Y así colocar ceniceros y papeleras como acabamos de ver en nuestra nueva Plaza de España, es decirles a nuestros vecinos que no hay que tirar colillas al suelo, ni cáscara de pipas que luego ellos mismos pagarán para su recogida. Eso desde luego no es adoctrinar. Eso es hacer ciudadanos.
Y me llama la atención que sea desde el PP desde donde se hable de adoctrinamiento. Desde un partido que sí ha defendido que en la escuela se adoctrine. Desde un partido que sus orígenes está íntimamente ligado a un régimen franquista que hacía del adoctrinamiento la base de su supervivencia. Y es que no hay peor tiranía que la de apropiarse de las mismas almas. En una sociedad plural como la que vivimos hoy, la escuela no puede ser un lugar de adoctrinamiento, sino un espacio de formación integral, de educación en valores, de iniciación en el conocimiento científico y de aproximación al análisis de la realidad. La escuela tiene que ser un lugar donde se hagan ciudadanos respetuosos y responsables. Y en esa labor se debe colaborar desde toda la sociedad, profesorado, familias, ayuntamiento. Esto que con mala conciencia dicen los señores, Monge y Bellido no es adoctrinamiento. Todo lo contrario, es dar a conocer derechos ciudadanos que de adultos se defenderán de aquellos que sólo pretender enriquecerse a su costa. Y es que, Señores Bellido y Monge, no es de recibo que hagan política usando a nuestros niños y niñas. Espero que haya sido un desliz que no vuelvan a repetir.