martes, 11 de diciembre de 2007

La buena educación

En estos días se habla mucho del informe PISA. No hay periódico donde alguien no dé su interpretación sobre sus resultados, ni reunión de amigos o de familiares donde no se ponga de manifiesto “lo mal que está la educación en España y en Andalucía”. Como profesional de la enseñanza no he podido evitar ir a las fuentes, al informe Pisa en este caso, para obtener todos los datos y conocer la realidad educativa de nuestro país y su entorno más inmediato como son el resto de los países europeos. El informe PISA no tiene desperdicio alguno, consta de 124 páginas. Pero tras su lectura me ha quedado el agrio sabor de que son muchos los medios de comunicación que se han quedado en un análisis superficial y que en su lectura parece no han pasado de las primeras páginas de los resultados globales, olvidando con ello aquellos otros factores y aspectos que inciden directamente sobre sus resultados.

El informe PISA es el Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos de la OCDE. Desde él se realiza un estudio comparativo del alumnado de quince años en sus competencias lectora, matemática y científica que son evaluadas cada tres años desde el año 2000. En el Informe PISA se analiza el rendimiento de los alumnos/as en esas áreas, pero aporta una importantísima información sobre otros aspectos de su entorno familiar, escolar, de los centros y su organización.

También es interesante señalar cuál es el punto de partida de cada país. No podemos olvidar que en España prácticamente se acaba de señalar la obligatoriedad de la enseñanza hasta los dieciséis años y que vivimos un proceso de incorporación de inmigrantes al país que en la escuela se manifiesta con un 7 % del total de nuestro alumnado. Este período que nosotros estamos viviendo actualmente, lo pasaron hace treinta años la mayoría de los países europeos. Por otra parte no podemos olvidar que la educación es un fenómeno global y en el que no incide únicamente la escuela y el Ministerio de Educación, y no por mucho cambiar el sistema educativo se van a cambiar radicalmente los resultados académicos del alumnado. En estos influye el centro de enseñanza, también el ambiente que vive el niño/a, la colaboración familiar, el ambiente socioeconómico y cultural, los medios de comunicación, también la publicidad…No todos las miradas pueden dirigirse a las áreas educativas del Ministerio o de la Consejería. Las actuaciones que se planifiquen, por tanto, para mejorar los resultados tienen que ser globales, con la participación de muchos ministerios o consejerías. Las familias tampoco pueden dejar de lado el tema y también deben preguntarse sobre su aportación a la enseñanza y a la educación de sus hijos.

Hemos podido leer como Andalucía está por debajo de la media española en el rendimiento educativo de sus alumnos/as. Sin embargo desde PISA se realiza el estudio también considerando la titularidad de los centros educativos, es decir, desde si pertenecen a la escuela pública o a la enseñanza privada. Pues bien si eliminamos los resultados obtenidos por el alumnado perteneciente a la escuela privada, los resultados andaluces son iguales a la media española, esto quiere decir como se señala desde PISA que “la diferencia desfavorable en la media global de esta comunidad se debe al bajo rendimiento relativo en los centros privados”. Más claro no lo puede decir PISA, los rendimientos del alumnado de los colegios privados perjudican los resultados globales obtenidos por Andalucía. Con lo que se nos informa de algo que los docentes sabemos o intuimos desde hace mucho tiempo, no hay más que irse a los resultados de nuestros chicos y chicas en la selectividad, o cómo su rendimiento en la universidad es superior al obtenido en el bachillerato.

Otro de los aspectos que considera el Informe PISA es el referente al alumnado que cursa sus estudios según su edad, es decir, si han repetido o no algún curso. El informe nos dice muy claramente que si detraemos al alumnado que ha repetido uno o dos curso de los resultados globales, éstos mejoran cualitativamente hasta ponerse al nivel de los países que obtienen mejores resultados. El informe internacional resalta estas diferencias y realiza una serie de consideraciones sobre “la ineficacia de la repetición como medida educativa”.

Pero el factor más influyente para el Informe PISA es el entorno cultural del alumno/a donde la puntuación llega a bajar hasta 85 puntos en aquellos alumnos/as cuyos padres y madres no han finalizado los estudios obligatorios con los que sí lo han hecho. La diferencia es mayor, en torno a los 135 puntos, entre aquellas familias que cuentan en sus hogares entre 0 y 10 libros, con aquellos en los que hay sobre los 500 libros, o lo que es lo mismo con los que cuentan con una biblioteca en casa. Una biblioteca en el hogar se va obteniendo con lo que se va leyendo a lo largo de la vida. Nos da a entender PISA de forma clara que en el hogar que se lee, sus hijos e hijas obtienen mejores rendimientos académicos.

Nos dice también PISA que “el sistema educativo español es comparativamente uno de los que ofrece mayor equidad a sus alumnos”, indicándonos que si todos los países tuvieran un índice social, económico y cultural similar, España y todas sus comunidades mejorarían notablemente su puntuación. Señalándose además que sería Andalucía la más notable mejoría tendría. Se indica también que si comparamos los rendimientos de los índices sociales, económicos y culturales más bajos de todos los países, España es la que obtiene los mejores resultados. Por todo ello es importante que la acción educativa ocupe el primer plano de la acción del gobierno y la Junta de Andalucía.

Nos habla también PISA de los resultados en base a la autonomía pedagógica y organizativa de los centros, obteniendo los resultados más altos los de aquellos países cuyos centros gozan de mayor autonomía. Algo en lo que España tiene mucho que avanzar, aunque me consta que se están dando pasos en este sentido tanto con la LOE como con la ley andaluza que recientemente ha aprobado nuestro parlamento.

Yo particularmente no soy pesimista respecto al futuro de la educación porque se están dando pasos interesantes en este sentido. Lo que sí es cierto es que el informe PISA nos tiene que servir para marcar objetivos que mejoren el rendimiento de nuestro alumnado. Pero está claro que los resultados no se pueden ver fríamente sino que hay que desmenuzar los factores que inciden en él. Y la escuela hoy vive uno de sus momentos más interesantes en lo que respecta a su futuro.