martes, 4 de diciembre de 2007

Todos unidos

ETA ha cometido su tercer asesinato en esta legislatura desde el año 2004. Mientras tanto más de quinientas detenciones de terroristas y algunos otros intentos de asesinato por la banda criminal que han sido evitados por las fuerzas de seguridad del estado. El gobierno de Zapatero ha reaccionado con rapidez desconvocando un acto de celebración de la primera victoria socialista y, por otra parte, convocando a todas las fuerzas sociales y políticas. Todos han condenado con contundencia el atentado y han convocado una manifestación para hoy martes. En esa condena y convocatoria participó hasta el PP que por una vez estuvo con la mayoría en la lucha contra ETA en lugar de contra el gobierno. Y es que así es como debe ser, y así es como se ha hecho siempre. La oposición siempre ha estado con el gobierno en la lucha contra ETA excepto en estos cuatro años de Rajoy, Acebes, Zaplana y compañía. No podemos olvidar que el único responsable de un atentado es el terrorista que lo comete. Pero más vale tarde que nunca porque para luchar contra el terrorismo se precisa la unidad de los demócratas y de todas las fuerzas sociales. Y esperemos que esta situación nueva no sea sueño de una noche de verano y perdure en el tiempo. Lo cierto es que el Sr. Rajoy debe también silenciar algunas voces de militantes destacados del PP que han salido rápidamente a la palestra para acusar al gobierno de Zapatero como responsable. Entre ellos María San Gil que achaca el asesinato a “la política antiterrorista del Gobierno”, o la Sra. Marquesa Soledad Becerril que ha acusado al gobierno de “haber perdido el tiempo en la lucha contra ETA”. Y estos no han sido los únicos casos que se han producido.

Lo cierto es que mientras que España y unas familias están llenas de dolor, hay quien hoy sigue pretendiendo instrumentalizar a su favor los atentados de ETA. Y estas personas deberían ser más precavidas porque sus declaraciones fueras de tono no favorecen nada a la lucha contra ETA. Y deberían ser muy cuidadosos porque ahí están las hemerotecas con la historia reciente y lejana de la banda terrorista. Y es que no hay más que repasar los años en que gobernaba el Sr. José María Aznar con Ministros de Interior como Rajoy, Mayor Oreja o Acebes. De 1996 a 2004. Ocho años de gobierno popular. 70 asesinatos cometidos por la banda terrorista ETA. Setenta. Y nadie responsabilizó a Aznar de los atentados, nadie. Sino todo lo contrario, estuvieron todos junto al gobierno contra ETA. Porque esa es la única forma de luchar contra ETA, porque es necesario apoyar al gobierno en su lucha contra la banda asesina, gobierne quien gobierne.

Y en pleno gobierno de Aznar la banda terrorista ETA anunció una tregua en la que dejó de matar. Dio comienzo el 16 de septiembre de 1999 con 24 asesinatos a sus espaldas desde 1996. Duró 439 días que lo fueron de esperanza para los todos los españoles y también para el gobierno de Aznar. Y el entonces presidente del gobierno les ofreció “flexibilidad y generosidad” con tal de que definitivamente dejaran de matar. Y nadie les acusó de “traicionar a los muertos”. Pero es que además movió presos hacia cárceles del País Vasco, “hablaron” con Herri Batasuna, incluso se reunieron con ETA siendo Ministro de Interior el Sr. Mayor Oreja. Y además declararon que el proceso debía terminar “sin vencedores ni vencidos”. Y la oposición cerró filas en torno al gobierno. Y nadie acusó al gobierno de Aznar de “haber perdido el tiempo en la lucha contra ETA” a pesar de que después tuvieron cuarenta y seis asesinatos más hasta el año 2004. Y es que la historia está plenamente autorizada para sacar los colores a quien utiliza el cinismo en su práctica diaria.
Pero como ya señalé anteriormente, más vale tarde que nunca. Y que estos años sirvan de ejemplo para que nadie jamás vuelva a instrumentalizar a su favor la lucha contra el terrorismo. La Paz es un valor a conseguir y en ello debemos estar todos comprometidos. Y esperemos que el Pacto Antiterrorista se cumpla en su totalidad en el futuro, pacto que marca claramente que es el gobierno el que marca la política antiterrorista y que, por otra parte, nadie la convierte en arma electoral.