martes, 20 de julio de 2010

Usted no sabe con quién está hablando

¡Bravo!, ¡Bravo!, gritaba y jaleaba Arenas a Rajoy en el debate sobre el estado de la nación. Justamente estaba sentado detrás de D. Mariano que fue capaz de ir al debate que instauró Felipe González sin presentar una sola propuesta. Ninguna sobre la situación de crisis económica y financiera que vivimos. Y es que Rajoy y el PP pretenden llegar a la Moncloa sin que se conozcan sus verdaderas intenciones a la hora de gobernar. Al día siguiente, sin que hubiera terminado el debate, ni Rajoy ni Arenas se presentaron en el Congreso en una clara falta de respeto a la Cámara y a las minorías. Y es que se muestra de la misma forma que lo hizo el PP cuando gobernó, ni diálogo, ni consenso, sólo la palabra del PP y cuando ésta se ha dicho ¡adiós, muy buenas! Qué se puede esperar de un líder que por una rabieta al no ganar el debate, al que no presentó una sola propuesta, no acuda a él y se muestre como desaparecido?

Esta semana que ha pasado se han producido unas importantes declaraciones de Arenas que han pasado desapercibidas y a las que no he escuchado contestación alguna. Son esas declaraciones que se escapan al líder de la derecha andaluza y que muestran su auténtica naturaleza. Lo cierto es que Javier Arenas ha pedido que se lleve a cabo un protocolo para las detenciones de los políticos. Ha llegado incluso a calificar las detenciones de políticos por mandatos judiciales como “brutal discriminación”. Y es que como todos hemos podido conocer, pues nada escapa a los medios de comunicación, se han vuelto a detener a cargos públicos del PP que han quedado imputados por corrupción. Y es que el PP siempre actúa de la misma forma cuando hay un caso de corrupción, nunca entra en el fondo del asunto y se dedicar a descalificar y a amedrentar a jueces, fiscales y policías. Lo cierto es que con estas declaraciones pueden interpretarse como una petición de un trato de favor para los políticos y que a los posibles delincuentes que sean cargos públicos del PP se les detengan de forma diferente que al resto de los demás delincuentes. Arenas parece querer volver a aquello de “usted no sabe con quién está hablando”. Con ellas da la sensación de que pretenden que no se conozca lo que en democracia debe saberse siempre y más cuando alguien mete la mano en las arcas públicas. Y es que para el PP parece que tiene que haber españoles de primera, de segunda o de tercera, que tiene que haber, como en la India, castas, y según la casta a la que se pertenece así serán sus derechos. ¿Acaso pretende Arenas que los cargos públicos sean inimputables además de ser aforados? ¿O acaso pretenden que a estos señores tan solo se les de unas palmaditas en la espalda y se le diga aquello de “anda, sé bueno y no lo hagas más”? Este Arenas es el mismo que pretende gobernar en Andalucía y qué aún no se ha enterado de la razón por la cual la cual los andaluces no lo votan. Sorprende tanta falta de cultura democrática, quizás ese sea el problema de la derecha española en la actualidad. Pues nada, detenidos con limusina y a hoteles de cinco estrellas en lugar de a cárceles. Realmente, hace falta ser muy poco serio para realizar propuestas de esta índole. No dejar de ser preocupante que el PP necesite un protocolo para la detención de sus políticos. Mejor sería que se preocuparan para que no hubiera motivos para estas detenciones y con ello haría un bien a nuestra democracia.

Lo cierto es que esta es la forma de actuar del PP ante los casos de corrupción que les atenaza. Todos recordamos que una de las primeras medidas que tomó Aznar cuando llegó a la Presidencia del Gobierno de España fue precisamente la de eliminar la fiscalía anticorrupción, y con ello dejó el campo libre para posibles delincuentes. Y de esos lodos, estos barros. Hoy hace falta una acción mucho más decidida contra la corrupción. Y ante las nuevas formas de delinquir, es necesario personal cada vez mucho más preparado y especializado. Los ciudadanos no podemos convivir con la corrupción y sus corruptos en un clima de normalidad y que ésta sea aceptada como práctica de éxito social. El mayor servicio que podría prestar hoy el PP a nuestra democracia sería la de su regeneración como partido porque ya son los muchos los casos que les han salido. El PP no puede seguir actuando como lo hace, así no se muestra como un partido serio y honesto. Y es que la basura hay que limpiarla de una vez y no pretender esconderla debajo de la alfombra.