Derrotas dignas, victorias democráticas

Decía Rubalcaba en su intervención del pasado sábado ante el Comité Federal del PSOE, que lo acababa de proponer como candidato a las próximas elecciones generales, que él no quería “derrotas dignas sino victorias democráticas”. Y es que si algo es necesario para ir realizando las reformas que la sociedad necesita, es precisamente la confianza ciudadana y sus votos. Sin ellos no será posible desarrollar proyecto político alguno, poco se podrá avanzar. Pero en este país hay partidos que se conforman con “derrotas dignas”, renunciando a ser alternativa válida de algo.

Hace unos días que se celebraron las elecciones municipales en nuestra localidad. Las declaraciones de los candidatos indican que todos han ganado, aunque sólo Mari Fernández podrá formar gobierno por obtener la mayoría necesaria. Me han sorprendido especialmente la campaña y posteriores declaraciones de Francisco Gil, candidato por IU, en la que ha señalado que su partido no ha perdido ningún concejal, sino que ha ganado dos. Y es que para él, IU no ha existido en esta legislatura, al menos hasta su llegada al Ayuntamiento. No sé qué dirán sus compañeros de corporación, alguna incluso iba en su candidatura. Lo cierto es que si ha habido una campaña especialmente torpe, ignoro quién la habrá diseñado, es la de IU en Lebrija. Desde los comienzos de la misma puso una barrera con sus socios de gobierno, renunciando a una gestión que ha sido considerada especialmente buena como han reconocido los propios ciudadanos. Francisco Gil sabe que el Partido Socialista ha sido en todo momento leal con sus socios de gobierno, ignorando sus errores y potenciando sus aciertos. Pero renunció a la gestión conjunta y en ello lleva su pena. Lo cierto es que si tan mal le ha ido la cosa con sus socios de gobierno, aún está a tiempo de dimitir. Espero que pasado el tiempo, la reflexión le haga cambiar de actitud. Y es que como decía Cristina Almeyda, “no me gusta la izquierda que ataca a la otra izquierda”.

La pegada inicial de carteles prometía una campaña dura y quizás virulenta, PA, PP y, también, IU, realizaron fuertes declaraciones especialmente referidas a los posibles gastos de una campaña que no se había iniciado aún. Sus ataques se dirigieron al PSOE sobre una supuesta campaña desmesurada en gastos dada la situación de crisis que vivimos. Pero la realidad los desmintió pues el PSOE realizó una campaña austera, moderna y limpia, ni siquiera utilizó artistas ni trajo a predicadores, y usó muy poco papel, en contraposición con lo utilizado por los demás como el PP que repartió folletos a todo color en varias ocasiones. Los hombres y mujeres del PSOE de Lebrija, repartieron sus propios sobres y colgaron sus pancartas, algo que no todos hicieron, sobre todo los que más hablaron de austeridad y que a la postre más gastaron. Pero el PSOE de Lebrija tuvo claro que la ostentación representaba un insulto para aquellos ciudadanos que lo están pasando mal por la crisis. Lo cierto es que una campaña de quince días sirve más bien de poco pues ésta hay que realizarla durante los cuatro años anteriores con una gestión seria y comprometida. Y así ha sido reconocido por los ciudadanos y ciudadanas de Lebrija dándole a Mari Fernández la mayoría en Lebrija. Lo cierto que ahí están los resultados, una mayoría que en ningún momento estuvo en peligro a pesar de la ola existente en el país. Sobre la actuación de la televisión local no voy a hacer referencia alguna, no creo que merezca la pena, ha sido todo demasiado burdo y los ciudadanos lo han visto.

Espero que estas elecciones les hagan reflexionar a algunos que se han creado más enemigos que amigos con una oposición desmesurada. Está claro que a la vista de los resultados, no todo vale ni es bien acogido por los lebrijanos y lebrijanas. Estamos en época de crisis y en ella debe imperar la responsabilidad y seriedad de todos, desde el gobierno a la oposición, sin demagogias que a la postre sólo sirven a corto plazo, pero que a la larga ya a nadie engañan. Quedan cuatro años por delante y hay tarea para todos y todas. Así que a trabajar.