lunes, 7 de noviembre de 2011

Por la boca muere el pez

“Nosotros miramos al futuro”, dijo Mariano Rajoy en un mitin el pasado sábado. Lo dijo tan tranquilo, como quien no quiere la cosa, después de permitir que en las comunidades donde gobierna el PP se despidan profesores, se retire la ayuda a los libros de textos, los ordenadores portátiles se entreguen en las escuelas privadas, se nieguen las pizarras digitales, se retiren becas de investigación, se supriman becas Erasmus para nuestros estudiantes universitarios, se despidan médicos y personal sanitario, se eliminen programas de investigación médica, se cierren ambulatorios, y se recorten derechos porque se lo dicen personajes como Rouco Varela que niegan la ley de igualdad, los derechos de la mujer, el matrimonio entre las personas del mismo sexo…, y le dicen que leyes puede haber o no haber en España.

“Nosotros miramos al futuro”, dijo Mariano Rajoy en un mitin el pasado sábado. Y lo dijo quien no es capaz de ver a la innovación como motor de cambio del futuro, quien no es capaz de ver a la educación como una inversión, quien no es capaz de ver el cambio climático y los peligros que genera para nuestro planeta porque se lo dijo su primo, quien pretende mantener y abrir nuevas centrales nucleares a pesar de los graves accidentes ocurridos hasta ahora como el de Chernobil o Fukushima, lo dice quien piensa que el estado de bienestar no lo tiene que mantener el estado sino unos señores que hacen negocio con él.

“Nosotros miramos al futuro”, dijo Mariano Rajoy en un mitin el pasado sábado. Pero no, Rajoy no mira al futuro, está instalado en el pasado, en el muy pasado del siglo XIX donde los trabajadores no tenían derechos. Rajoy  no mira al futuro porque mirar al futuro es ser capaz de ver los desafíos que tienen España y Europa en el mundo. Mirar al futuro es dar respuestas a los retos del futuro, Y Rajoy sólo mira a los recortes que piensa llevar a cabo de nuestro estado de bienestar. Y es que por la boca muere el pez.

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