Hace seis meses que se celebraron las elecciones municipales en Lebrija y todavía están algunos bajo los efectos de la indigestión electoral. Y es que no hay semana que no lo dejan patente ante los lebrijanos, que no podemos hacer otra cosa que ver sus ruedas de prensa o leer sus comunicados con gran asombro. Lo cierto es que se olvidan de los intereses de Lebrija y no son conscientes del enorme rechazo que eso suscita antes los lebrijanos y lebrijanas. La acción política tiene que ser serena, también desde la oposición, para que tenga credibilidad. Y por supuesto tienen que anteponer a Lebrija por encima de los intereses de su partido, algo que don Jerónimo, D. Francisco Bellido o el Sr. Caro olvidan continuamente.
Esta semana hemos podido conocer la rueda de prensa que ha dado el PP ante los medios de comunicación. El motivo de la misma no era otro que mostrar su malestar por la supresión de la Antena Cameral de la Cámara de Comercio de Lebrija. No eran capaces de comprender las causas que motivaban que dejara de prestar sus servicios en Lebrija. Y a partir de ahí comenzaron sus elucubraciones sobre el repetido y cansino mensaje de que el Ayuntamiento de Lebrija no pretende otra cosa que borrar la huella de su paso por el gobierno municipal con el tripartito, y ello sin considerar que han dejado escasas huellas, principalmente las de la dejación y la incompetencia. Y lo que cualquier ciudadano de a pié es capaz de comprender y ver con claridad, para ellos no es más que un nuevo agravio en su persona por parte del actual equipo de gobierno. Y es que no dejan de anteponer el “yo y mi partido” por encima de Lebrija. Pero, ¿cómo se pueda criticar que se ahorren costes desde el Ayuntamiento en un servicio que ya está duplicado por la Oficina (UTEDLT) de la Consejería de Empleo? La Antena Cameral tenía un funcionario para asesorar a los empresarios y nos costaba a Lebrija por encima de los dos millones de pesetas anuales. La UTEDLT de la Consejería de Empleo viene a mejorar el asesoramiento empresarial con ocho personas dedicadas a este menester y, lo que es muy importante, se hace en Lebrija ya que el actual gobierno municipal les ha cedido el local en la Oficina de Fomento Económico del Ayuntamiento de Lebrija y además no le supone gastos al Ayuntamiento. Y es que nadie con sentido común mantiene dos servicios realizando las mismas funciones. Lo cierto es que desde el gobierno municipal se ha conseguido un mejor servicio a los empresarios lebrijanos y con menos costes.
La indigestión electoral en algunos ha provocado vómitos, y eso es lo que le ha ocurrido al PA con la publicación de un nuevo folleto en Lebrija lleno de falsedades. Y lo que es peor, a sabiendas de que se está mintiendo que es la peor de las mentiras y que descalifica a su autor para la vida pública. Y nos habla del coste económico de la nueva corporación en relación al del tripartito, manteniendo que es mucho más costosa que la suya. Y juega con los números y con el personal como quiere, quita, añade y suma como les ha parecido, incluyendo en la nueva corporación a trabajadores municipales como, por ejemplo, a la bibliotecaria. Y es que hace tiempo que no he visto algo tan burdo y ridículo. Pero si alguien decide entretenerse con los números que nos presenta y coge la calculadora, se dará cuenta de la torpe maniobra y podrá comprobar claramente que la actual corporación es menos costosa. Pero además Don Jerónimo llegó a tener nueve concejales con dedicación plena y no seis como pretende hacernos creer, quizás confiando en que ya hubiéramos olvidado. Pero aún así, el coste de una corporación hay que considerarla también desde el punto de vista de los servicios que es capaz de ofrecer. Y tengan por seguro que la del tripartito fue costosísima para Lebrija. Y es que todos recordamos como con Don Jerónimo, el Ayuntamiento prácticamente permanecía cerrado por las tardes y Lebrija dejó de ser punto de referencia en nuestra comarca. Por este camino de la demagogia y la mentira, al PA de Lebrija le puede ocurrir como en Andalucía que está al borde de la desaparición.