En esto días la palabra que más se está utilizando
en la actualidad política española es “bipartidismo”. Y como se está utilizando
hasta la saciedad como estrategia política de cara a las elecciones europeas
del próximo 25 de mayo conviene hacer alguna reflexión con la sana intención de
colocar las cosas en su lugar correspondiente. Lo cierto es que hay a quién se
le llena la boca de principios y valores para después caer en la basura del
todo vale. Se refiere la real Academia de la Lengua como bipartidismo al
sistema político por el cual hay dos partidos predominantes que comparten o se
alternan en el poder. Si damos un repaso por toda la geografía del estado de
las autonomías observaremos cómo el PP gobierna en solitario en varias de ellas
sin ningún tipo de coalición, en Cataluña gobierna un bipartito con CIU y
Ezquerra República, y en Andalucía y Asturias hay acuerdos de gobierno entre
Psoe e IU. Lógico es que cuando un partido político no tiene mayoría absoluta
busque los acuerdos necesarios que hagan posible la gobernabilidad del estado,
y lógico es también que esos acuerdos se produzcan entre partidos con los que
hay puntos en común tanto en principios como en estrategia política, lo
contrario sería antinatura, de ahí los acuerdos con IU para en caso de no
alcanzar mayoría absoluta en las municipales, gobierne la lista más votada de
los dos partidos. Fuera de ahí no hay más situación de bipartito que la de
Asturias, Andalucía y Cataluña, y la excepción contranatura de Extremadura
donde el PP, el partido de los recortes, se mantiene en el poder gracias al
apoyo de IU. Es curioso que a pesar de esta clara realidad, a medida que avanza
la campaña electoral, se utiliza cada vez
más el término “bipartidismo”, al principio por Izquierda Unida y ahora se le
está añadiendo el PP, coincidiendo ambos en la misma estrategia. Pero como la
verdad es muy tozuda y siempre termina imponiéndose, le ha estallado en las
propias manos a Izquierda Unida con lo que está ocurriendo en estos días en
Extremadura, dejando a la llamada coalición de izquierda desnuda sin su
principal estrategia. Y es que el todo vale trae estas consecuencias, y en
lugar de trabajar conjuntamente para que no gobierne el partido que denigra a
la mujer, deja a nuestros jóvenes sin becas o cierra centros de urgencias por
toda la geografía extremeña, prefiere dejar pasar la oportunidad de la moción
de censura presentada por el Psoe porque según IU no es el momento. Estrategia
consumada del llamado sorpaso que ya realizó hace años el místico Anguita en
Andalucía e intentó en España y que hoy exige llevar a cabo en Andalucía tanto
Anguita como Gordillo o Cañamero, es decir dejar que el PP gobierne en
Andalucía. Seguro que cuando los extremeños votaron en las elecciones a
Izquierda Unida no se imaginaban que su voto iba a servir para que gobernarse
el PP, y los que a boca llena utilizan, sabiendo que no es verdad, el ya manido
“PSOE PP la misma mierda es”, quizás tuvieran que tragarse ahora en dicha
comunidad “IU PP la misma mierda es” y dejan la duda a miles de ciudadanos
sobre si votando a IU están dando su apoyo a PP. Lo cierto es que
desgraciadamente quién reparte carnets de ser de izquierda o no, en Extremadura
se ha convertido en la marca blanca del PP. Y ello es doloroso, pues no es esa
actitud que uno espera de un partido de izquierda y que debe regirse por el
principio de solidaridad. Y que espero que cambie de actitud en el futuro del
mismo modo que los andaluces lo obligaron a cambiar la estrategia de la pinza
en Andalucía, porque coincidir en la misma actitud y estrategia contra el Psoe
no es otra cosa que un reverdecimiento de la ya trasnochada pinza entre IU y PP
y dejar a los trabajadores en la estacada.
Los españoles tienen que tener claro que votar a IU no es votar al PP y
para ello nada mejor que sacar al partido de Rajoy del gobierno de Extremadura,
ahora tienen la oportunidad. Y es que no es lo mismo Psoe y PP por mucho que lo
repitan por todas partes, no es lo mismo quien construye el estado de bienestar
que quien lo destruye, no es lo mismo quién aumenta el número de becas para
hijos de trabajadores que quién se las quita. Cansa escuchar sin cesar estos
falsos eslóganes, mientras no obtienen otras cosas que respeto. Pero ha llegado
el momento de poner las cosas en su sitio ante tanto insulto por parte de quien
a la postre ha traicionado a la izquierda en Extremadura, región tan castigada
por la derecha como la misma Andalucía, y ojo avizor para que eso no ocurra más,
para que la mayoría de izquierdas de España se refleje en las urnas.
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