La semana que acaba
ha sido muy prolija en acontecimientos, en noticias, muchas de ellas sorpresivas
en relación a la España que estamos viviendo.
Quizás la más llamativa por el momento elegido, el puente de mayo, probablemente
con la intención de que pase desapercibida entre la ciudadanía, ha sido el
anuncio de nuevos recortes en farmacia, en sanidad y en servicios sociales y
que desde el gobierno se obliga a soportar a las comunidades autónomas, pero
que seremos las personas de a pié los que pagaremos sus consecuencias,
normalmente las personas con más problemas de salud y las familias con más
necesidades y que se encuentran en paro. El procedimiento para llevar a cabo
estos nuevos recortes dejan a las claras la desvergüenza de un gobierno que
intenta ocultarlos al mismo tiempo que a bombo y platillo, plató de tv tras
plató, y emisora de radio tras emisora, nos señala que la economía se ha
recuperado, que ya todo va bien cuando el paro ha continuado aumentando. 1.200.000
parado más desde que Rajoy llegó al gobierno. Por otra parte nos hemos
encontrado con otro duro golpe a los pensionistas, otro más. Y es que las
pensiones perderán valor adquisitivo al menos hasta 2017, como si los
pensionistas dispusieran de todo el tiempo el mundo. Una revalorización del
0,25 % y que provocará que los mayores dispongan de menos dinero para pagar sus
impuestos, para comprar sus medicinas, menos dinero para comer o para vestir.
Los pensionistas seguirán perdiendo valor adquisitivo mientras sostienen a
familias en paro. Nuevos sacrificios impuestos para los más débiles de nuestra
sociedad, mientras se siguen descubriendo nuevos sobresueldos cobrados por
miembros del gobierno como el del candidato zampabollos Cañete o el de la
vicepresidenta Soraya Sáenz de
Santamaría. Los sacrificios para los demás, que ellos no tienen empacho en
pasearse con sus sobresueldos. Soraya, dolida, pretende desviar la atención
señalando que ella no ha cobrado “un sobre en su puta vida”, cuando nadie ha
hablado de sobres para Soraya sino de sobresueldos por valor de un más de un
millón de euros pagados por el PP según las propias declaraciones del partido
popular y que además figuran en hacienda, por cierto los mismos que también
cobró el otro candidato González Pons pero que tuvo el descuido de “olvidar”
declarar. Y pretende Sáenz de Santamaría hacerse la víctima con un fuerte taco,
pero que olvida a las personas que realmente “las pasan putas en esta vida” y
que no reciben sobresueldos por parte del PP, sino palos y más palos. Por otra
parte Cañete, el candidato popular, nos sigue dando noticias y nos muestra tal
cual es este terrateniente rico metido a político. El caso es que preguntado por
periodistas sobre posibles candidatas mujeres del partido popular, él nos
sorprende con un lo tiene claro y que sin duda “elegiría como candidatas a las
más guapas” relegando al papel de florero a la mujer, para nada sobre su
capacidad, sino “la más guapa”, dejando en manifiesto la política real del PP
en materia de igualdad. Mientras tanto
sigue recomendando para ahorrar consumir
productos caducados y ducharse con agua fría. Otra noticia que me ha
llamado la atención y que nos retrotrae
a principios del siglo XX en la que a una familia que se le quedaba una hija
embarazada sin estar casada, la enviaba a otra localidad para ocultar dicho embarazo y cuyo niño o niña era
entregado tras el parto a una inclusa o en adopción. Pues sí, aunque parezca
mentira, pero a plena luz del día, el PP de Murcia ha aprobado una ley en su
comunidad para que las jóvenes estudiantes adolescentes y embarazadas se les
imparta las clases que recibían en el instituto en su propio domicilio para “no
tener que pasar la vergüenza del embarazo”. Pues sí, aunque parezca mentira
esta es la gente que lleva las riendas del gobierno en este país. Quizás pronto
nos obliguen a ir todos los domingos a misa y a las mujeres a llevar velo y con
“la pata quebrada” en sus casas. Lo cierto es que nunca un gobierno ha estado
tan lejos de la propia sociedad. Quizás Rouco, el cardenal guerra civilista, se
encuentre muy feliz con estas medidas al mismo tiempo que recibe la medalla de
oro de la comunidad de Madrid y para la que no tiene otros méritos que
enfrentar y condenar a ciudadanos al mismo tiempo que ha protegido y dado
cobijo a sacerdotes pederastas. Muy lamentable todo lo que estamos viviendo.
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