miércoles, 25 de marzo de 2009

Por la boca muere el pez

"El SIDA no se puede superar con la distribución de preservativos que, al contrario, aumenta los problemas”, dijo el Papa en su viaje al corazón de África. La verdad que este mensaje no me preocuparía lo más mínimo, no dejaría de ser una afirmación pintoresca para cubrir página de un periódico, si no fuera por sus perniciosos perjuicios. Y lo que en los países europeos no pueden provocar más que una sonrisa, pues es más que evidente que sus fieles no les hacen el más mínimo caso en este aspecto, en el corazón de África, donde el SIDA es una grave pandemia con más de 28 millones de fallecidos, y otros tantos millones de infectados, con miles de niños huérfanos, no deja de ser una grave irresponsabilidad de quien afirma sentirse defensor de la vida.

"El SIDA no se puede superar con la distribución de preservativos que, al contrario, aumenta los problemas”, dijo el Papa en su viaje al corazón de África. Desde luego el Papa no es autoridad en la materia y la Organización Mundial de la Salud ha puesto el grito en el cielo porque sabe que el preservativo es la barrera al SIDA. Afirmaciones como ésta sólo son comparables a “No hay que colocarse el cinturón de seguridad pues provoca más accidentes” o “A la obra hay ir sin casco pues así nuestra cabeza estará más segura”, o “contra la diabetes, caramelos con azúcar”. Y es que por la boca muere el pez.