martes, 31 de marzo de 2009

Sobre la desesperación o la tormenta en un vaso

Este domingo se ha celebrado la tan anunciada manifestación contra el aborto convocada por los obispos y conocidas asociaciones de ultraderecha existentes en el país. Y lo que en principio era un encuentro supuestamente “a favor de la vida”, no fue otra cosa que lo que muchos sabíamos que iba a pasar. Gritos e insultos contra Zapatero y el gobierno, y petición de vuelta del PP a dirigir los destinos de España sin importarles el método para ello. Allí se encontraban monjas, sacerdotes, militantes conocidos del PP, entre otros manifestantes que fueron de buena fe, y nunca mejor dicho. Los obispos no acudieron quizás asustados por el bofetón recibido por parte de las hermandades de las distintas ciudades españolas, a las que intentaron utilizar. Pero afortunadamente la cordura que no son capaces de poner en este tema los dirigentes del PP, la han tenido los Hermanos Mayores de las distintas cofradías, que han sabido desligar los temas y que comprenden que las procesiones son un patrimonio de todo el pueblo, no de una parte únicamente. Eso sí, había muchos niños y niñas a los que sin pudor alguno se suele manipular desde la iglesia. Y es que hablarle a un niño de 9 ó 10 u 11 años sobre aborto o eutanasia es de una indecencia que raya lo delictivo. Lo cierto es que pretenden presentarse como máximos defensores del derecho a la vida aquellos que hicieron de la guerra civil una “cruzada” a la que bendijeron a sabiendas de sus asesinatos diarios. Los mismísimos que desde su emisora de radio apoyaron la masacre de Irak, lugar donde la vida de un nacido parece tener poco valor.

La actitud del PP en el tema de la reforma de la ley del aborto no tiene nada que ver con la de las derechas europeas, que lo han apoyado sin dudarlo, ni siquiera con la de sus representantes en el Parlamento Europeo, que lo han aprobado para que sea hoy un derecho de los ciudadanos de la Unión Europea. Y es que Mariano Rajoy, o Javier Arenas en Andalucía, parecen no tener principios, ni otro objetivo que no sea el propio poder. Y para obtenerlo, lo que sea. Así en nuestro país, no apto para infartados, cada día nos viene el PP de Rajoy con una tormenta en un vaso de agua. Rayos y truenos sobre un vaso. Un susto cada semana que parece anunciar el fin de los tiempos. Una tragedia con la que intenta mantenernos despiertos los cuatro años de la legislatura quizás con la intención de tener unida y cohesionada a su militancia, ya que de otra forma parece que no lo puede conseguir. Y hoy es el aborto, ayer fue ETA, y mañana lo que sea. Lo malo de esto es que nos crea unos monstruos a los que después, cuando ya nos les sirve, deja sin control por el país. Estas son las consecuencias del todo vale.

Carecer de “sentido de Estado” les permite pasar de dar un taconazo ante la bandera un día al “coñazo del desfile” el otro. Esto mismo lo pudimos vivir la semana que acaba de terminar sobre el anuncio de la Ministra Carmen Chacón de la retirada de nuestras tropas en Kosovo. Y lo que se estaba anunciando era aquello en lo que todos estaban de acuerdo, también gobierno y oposición. Se anunció lo mismo que el Partido Popular venía reclamando desde un año atrás. Todos de acuerdo. Pero un comunicado de algún miembro de la OTAN, provocó que algunos miembros del PP pensaran aquello de “aquí podemos sacar tajada para desgastar a Zapatero”. Y poco importó criticar una salida de tropas que ellos mismos venían reclamando. “Se trata de un error monumental de incalculables consecuencias para España” nos dijo ahora Rajoy, al que pedirle pudor es tanto como pedirle peras al olmo. El fin del mundo se acababa de anunciar. Y lo comparó con la retirada de las tropas de Irak en un intentó más de justificar su participación en la ilegal guerra de Irak. Y amainada la tormenta, dirigentes del PP que han hecho caso omiso a otros más moderados, han vuelto a caer en el mayor de los ridículos. España entró en Kosovo con otros países miembros de la OTAN, con ello se paró un genocidio con asesinatos masivos sobre el pueblo kosovar de origen albanés, todo en las mismas puertas de Europa. Pero lo que España no podía apoyar de ninguna forma era la autodeclaración de independencia de Kosovo. Las tropas españolas han realizado una magnífica labor de acabar con el conflicto, garantizar la seguridad y comenzar la reconstrucción. Pero en ningún momento se podía dar la sensación de estar apoyando con sus tropas esa independencia de Kosovo con la que no se está conforme. Sería tanto como admitir que de otros países europeos pudieran desgajarse distintas comunidades. Y eso lo ha entendido la comunidad internacional, también la administración de Obama que lo ha comprendido y lo han declarado como “capítulo cerrado”. Lo cierto es que el gobierno ha hecho lo que tenía que hacer. Y una vez más ha vuelto a quedar en evidencia el “todo vale” del PP y su nulo sentido de estado.