miércoles, 7 de enero de 2009

Por la boca muere el pez

"La familia en España padece una grave enfermedad”, manifestaron Rouco Varela y demás convocantes en la concentración en Madrid “en defensa de la familia”. Y es que la jerarquía de la iglesia pretende que su idea de la familia sea la única que se permita, y, por tanto, las demás sean ilegales y perseguidas. Y lo hacían desde el cinismo más absoluto, defendiendo algo que nadie ataca, la familia, y pretendiendo que todos sigan un modelo que ellos mismos no siguen, en una más de las muchas contradicciones de la iglesia católica.


"La familia en España padece una grave enfermedad”, manifestaron Rouco Varela y demás convocantes en la concentración en Madrid “en defensa de la familia”. Y lo hacían pretendiendo fundamentar el valor de sus creencias en el número de asistentes, como si éstas no surgieran del libre ejercicio del derecho a la libertad de creencias que recoge nuestra Constitución.


“El hombre pretende autoemanciparse de la creación y del creador”, dijo el cardenal Rouco en la convocatoria “en defensa de la familia”. Y lo dijo quien, al igual que el resto de la curia vaticana, se han emancipado del voto de pobreza, de los pobres y excluidos, en una imagen ostentosa ante los millones de personas que sufren y mueren de hambre en este mundo. Y es que Rouco se erige en defensor de algo que él no ha inventado, la familia. Hoy vivimos en el mundo de las personas, no en un reino de ningún dios, un mundo lleno de familias unidas que no son católicas, ni siquiera cristianas. Y es que en la España de hoy, los matrimonios tienen derecho al divorcio y a que nadie les imponga religión desde que nacen.