lunes, 15 de marzo de 2010

Por la boca muere el pez

“La crisis se arregla gobernando, decidiendo y con coraje” ha dicho este fin semana el Presidente del PP Mariano Rajoy. Y lo ha dicho con micrófonos por delante y ante numerosas personas que le escuchaban. Y la verdad que Don Mariano tiene razón, Don Mariano y todo el que diga las mismas palabras tendrá siempre la razón. Y es que nunca unas palabras tan huecas y vacías de contenido ha contado con tantos micrófonos por delante. Esto es como el entrenador de fútbol que dice a sus jugadores que para ganar el partido tienen que correr, defender la portería y meter al menos un gol más que el contrario. Y la verdad es que ya no sé si es que el Sr. Rajoy menosprecia la capacidad intelectual de quienes les escuchan.

“La crisis se arregla gobernando, decidiendo y con coraje” ha dicho este fin semana el Presidente del PP Mariano Rajoy. Y después de decir tales palabras algunos incluso hasta le aplaudieron. Lo cierto es que gobernar, decidir y hacerlo sin hacer casos a presiones de intereses particulares y privados es lo menos que se le espera a cualquier gobernante que presida el gobierno de cualquier nación. Pero para gobernar es necesario además tomar medidas que beneficien a la población gobernada y el abanico de medidas es muy numeroso y no todas benefician a la mayoría de los ciudadanos. Y hasta ahora tan sólo le he escuchado a Rajoy apoyar al Presidente de la Patronal que lo único que le ha faltado ha sido proponer contratos a cambio de la comida.

“La crisis se arregla gobernando, decidiendo y con coraje” ha dicho este fin semana el Presidente del PP Mariano Rajoy. Lo cierto es que si el Sr. Rajoy pretende gobernar algún día en nuestro país debe mostrar más seriedad en sus propuestas, y dejar de hablar con ambigüedad y al aire y decir cuáles son esas medidas mágicas y que sólo él conoce para salir de la crisis. A ver si le van a acusar de antipatriota por guardárselas. Pero todos sabemos que no las dicen porque no las tienen y siguen insistiendo en un mercado sin regulación alguna por los gobiernos, verdadera causa de la actual crisis. Y es que por la boca muere el pez.