martes, 19 de julio de 2011

Arenas, un traje a la medida

Han puesto el grito en el cielo en el PP por los acuerdos tomados por la Comisión de Transparencia y Calidad democrática del Parlamento Andaluz. Cada vez que el debate se aleja de la crispación y se acuerdan medidas serias y razonadas, Arenas suele perder los papeles. Ya montó el numerito cuando Griñán presentó la declaración de la renta de los últimos tres ejercicios e hizo lo posible e imposible por no tener que publicar sus ingresos, cosa que al final se han podido conocer y se ha podido comprobar como Arenas es el mejor pagado de Andalucía y que cobra por varios conceptos como parlamentario andaluz, senador, Presidente del PP andaluz… Y es que las medidas éticas están para que la cumplan los demás, que Arenas, para él, se las hace a su medida y antojo. Lo cierto es que en el Parlamento Andaluz se están tomando acuerdos para la mejora de la calidad democrática, entre las que destacan la obligación de la presentación de la declaración de la Renta de todos los diputados año tras año, mientras ocupan escaño en el parlamento, medida que viene a mejorar la transparencia fiscal y a la que los diputados del PP se han sentido obligados.

Pero lo que ha provocado el escándalo, y está llenando las páginas de todos los medios de comunicación, es el acuerdo por el cual se hace incompatible ser parlamentario y ser alcalde. Era del todo ilógico, fuera de todo lo que se considera como razonable, que una persona pudiera ser a la vez alcalde de su pueblo o ciudad y Parlamentario Andaluz. Y es que el don de la ubicuidad sólo está reservado para las divinidades, el común de los mortales no podemos estar en dos sitios al mismo tiempo. Y si se ocupa ambas responsabilidades, alcalde y parlamentario, algo se estará haciendo mal, con alguien no se estará cumpliendo al 100%, aunque lo más posible es que así se incumpla como alcalde y también como parlamentario. Como señala nuestro sabio refranero, “no se puede estar en misa y repicando”. El ser elegido por los ciudadanos para ser Alcalde de su pueblo se merece la dedicación del 100% de su actividad al cargo, el 100% de su tiempo a resolver los problemas de los vecinos. Es imposible ser Alcalde y tener que estar mañanas y tardes en sede parlamentaria. Y Andalucía también se merece que sus diputados ocupen el 100% de su tiempo a la actividad parlamentaria de su tierra, salvo que esta sea menospreciada porque en el fondo no se crea en la Autonomía Andaluza. No se trata de demagogia, ni de ahorro, es cuestión de sentido común. Los ciudadanos se merecen que quien ocupa un cargo público para el cual ha sido elegido democráticamente, ponga cada uno de sus cinco sentidos en él. Pero lo lamentable de todo esto es que Arenas siempre lleva un traje distinto a la medida de sus intereses, le da igual, en un claro ejercicio de cinismo en el que suele emplearse a fondo, un día reivindicar una cosa y cuatro años después la contraria. Hace sonreir que Arenas diga ahora que “esto es un golpe al municipalismo”, cuando es, precisamente todo lo contrario, apoyar al municipalismo, quitando la posibilidad a personajes que le gusten enredar estando en todos los puestos y cargos. Pero la historia es traicionera para Arenas, no hay más que repasar las hemerotecas. Y ya en 2004 y en 2008 Arenas reivindicaba, bajo el lema de “Una persona, un cargo”, la incompatibilidad de alcalde y diputado andaluz. Campaña que aderezaba con otras frases como “Zapatero a tus zapatos”, “No soy amigo de duplicidades” o “que cada uno dedique el 100% de su tiempo a la responsabilidad que tiene”. Y el Partido Socialista eliminó de sus listas al Parlamento Andaluz a todos sus alcaldes y concejales. Sin embargo el PP rompió sorpresivamente su propio criterio y llenó sus listas de alcaldes y concejales buscando afianzar el voto en localidades claves con rostros conocidos.

Lo cierto es que la medida aprobada de hacer incompatible el ser alcalde y diputado, viene a prestigiar la vida pública, profundizando en la transparencia y calidad democrática. Y Arenas debe olvidarse que la vida democrática no es un circo en el que montar su numerito diario. Desgraciadamente el PP hace tiempo que metió en el baúl de los recuerdos lo que son reglas democráticas. La medida aprobada dignifica sin duda la política, algo en lo que hay que seguir profundizando. Y Arenas una vez más ha recibido la calificación de “necesita mejorar”.

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