“En España no se ha liberado el suelo, pese a que el PP tuvo voluntad de hacerlo”, dijo el portavoz del PP de economía ante los medios de comunicación. Y lo dijo sin que nadie le preguntase, más buscando la justificación ante los ciudadanos por su responsabilidad en la crisis añadida del ladrillo. Pero mintió, claro que mintió y el PP lo sabe. La verdad es que en el PP siguen con su estrategia de repetir una mentira con la esperanza de que se convierta en verdad. Sin embargo, por mucho que repita una mentira jamás se hace realidad. Lo cierto es que la crisis económica mundial, en España tiene unas connotaciones especiales por el estallido de la burbuja inmobiliaria.
“En España no se ha liberado el suelo, pese a que el PP tuvo voluntad de hacerlo”, dijo el portavoz del PP. Sin embargo esa no fue la realidad pues en marzo de 1998, siendo Presidente Aznar, se aprobó la nueva Ley del Suelo. Con ella todo el suelo y territorio de España se convirtió en urbanizable y la vivienda dejó de ser un bien para convertirse en una inversión que se revalorizaba día tras días. Muchos empresarios dejaron otros proyectos más ligados a la industria para convertirlos en el dinero fácil entonces del ladrillo. Y se dedicaron a la compra desaforada de suelo. Muchos jóvenes dejaron sus estudios para ganar dinero en la construcción. Se firmaron convenios en todas partes, campos de golf por doquier, donde ni siquiera había agua. Los bancos tenían el grifo abierto de los préstamos hipotecarios. Al final cuando estalló la crisis financiera, estalló también la burbuja inmobiliaria dejando un parque de cientos de miles de viviendas vacías.
“En España no se ha liberado el suelo, pese a que el PP tuvo voluntad de hacerlo”, dijo el portavoz del PP. Pues sí que liberaron el suelo desde el gobierno de Aznar y ello ha dejado graves consecuencias porque convirtieron el modelo productivo español únicamente en el ladrillo. Ello nos ha hecho perder en competitividad. Pues sí, por mucho que ahora intenten negarlo, el gobierno de Aznar liberalizó el suelo y ahí están las hemerotecas y el BOE para refrendarlo. Y es que por la boca muere el pez.
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