“Los matarifes están en esa bancada” dijo Don Francisco Bellido del PP señalando a los bancos donde está el gobierno municipal de Psoe e IU. Y lo dijo sin venir a cuento cuando se trataba en el Pleno municipal una moción de apoyo al juez Garzón. Previamente puso nombre y apellidos a hechos ocurridos hace setenta años. Personalmente y con todo respeto, pienso “que se le fue la olla”. Lo realizado por el Sr. Bellido del PP es de una grave irresponsabilidad, hecho cometido por una persona, responsable político, representante de un partido, el PP, que en ese preciso momento no estaba bien por los motivos que fueran. Lo ocurrido setenta años atrás queda para la historia y como ejemplo para que no vuelva a ocurrir jamás. Pretender buscar culpables en las familias de los bancos del gobierno o de la oposición es confundir todo, no es eso lo que pretende la ley de la Memoria Histórica. Es un sin sentido que haya aún miles de personas en la cunetas y que no han tenido un entierro digno. Se trata de eso de poner en su lugar a personas asesinadas por defender la legalidad vigente y la libertad. Pero el Sr. Bellido tuvo que dar la nota. Lo cierto es que la prudencia de los asistentes al pleno evitó que la cosa pasara a mayores.
“Respondo por la familia de mis concejales” dijo el Sr, Bellido. ¿Y quién se lo ha pedido? ¿A qué viene sacar fantasmas de hace setenta años? Confundir una moción de apoyo a Garzón, ¡ay, con las mociones!, con desenterrar hechos ocurridos hace setenta años es de una torpeza e irresponsabilidad infinita. El Señor D. Francisco Bellido debe reparar su actuación, son muchas ya en lo que lo único que aporta es crispar la vida pública. A este sujeto el odio le ciega y por lo tanto no debe permanecer ni un minuto más como representante público porque ha sobrepasado todos los límites. No se puede atacar a la convivencia como lo hace. Tiene el Sr. Bellido que pedir disculpas a personas honradas y trabajadoras a los que ha mancillado y tiene que pedir disculpas a la ciudad de Lebrija. Y descanse y reflexione desde su casa, recupere la calma y el sosiego. Pero hoy desde luego está incapacitado para la vida pública.