sábado, 10 de febrero de 2007

Eso también es un delito

Tengo que reconocer que son muchas las ocasiones en las que me siento delante del teclado del ordenador sin una idea clara de lo que va a tratar mi artículo semanal. Tengo que hacer un repaso a todo lo visto, oído, leído y escuchado a lo largo de la semana que termina para seleccionar aquello que considero más relevante. Son muchas las veces en la que dejo temas interesantes porque surgen otros a última hora. Y es que este gobierno tripartito da mucho de sí, las actuaciones de sus miembros, sus declaraciones y sus silencios dan para escribir un amplio libro. Esta semana me hubiera gustado escribir de otros temas, hubiera deseado narrar a los lebrijanos todo lo que aconteció con la cabalgata de Reyes Magos, tanto en lo referente a los días previos a la cabalgata como a la misma noche de ilusión del pasado cinco de enero. Y es que en estas fiestas que acaban de terminar, entre los petardos sin control y la cabalgata darían para un más que extenso artículo. Y ha sido curioso ver esta semana al Sr. Pulido y a su asesor D. Francisco Jiménez haciendo balance de las fiestas, sobre todo cuando aún no los hemos visto presentando balance de la última Caracolá, ya del año pasado, y de la que no conocemos todavía sus cuentas. Pero no se preocupen los lebrijanos y lebrijanas que éstas saldrán a la luz pública porque la democracia y la Constitución obligan a su aprobación en un Pleno Municipal. La verdad es que cuando hay tanto ocultismo en un tema que debería realizarse con luz y taquígrafos, uno ya se pone en lo peor.
También me gustaría hablar sobre la exposición “El camino de la lengua castellana” que el Sr. Pulido ha traído a Lebrija, pero tiempo tendremos hasta el 28 de febrero en que se clausura. Lo que sí me gustaría recalcar que me siento muy orgulloso de mi habla andaluza o modalidad lingüística andaluza como gusta llamarla a muchos expertos lingüistas. En ningún momento siento complejo de mal hablar andaluz como algunos a lo largo de la historia han querido infundir, potenciando la idea negativa que los andaluces tenemos sobre lo que hablamos y la propia percepción social negativa del andaluz, que han sido motivadores del llamado complejo de inferioridad lingüístico andaluz. Así que tenemos que tener la cabeza bien alta pues nuestra modalidad lingüística no está subordinada al castellano y cuenta con más raíces e influencias.
Pero siempre viene a ocurrir algún acontecimiento que desvía mi intención sobre el artículo de la semana. Y esta vez ha sido Don Jerónimo Pérez una vez más el que se ha llevado el gato al agua para centrar mi atención. Así pude verlo el pasado jueves en los informativos de la televisión local. Nos estaba diciendo a los lebrijanos, contradiciendo a su Delegado de tráfico D. Jesús González Suárez, que no había abierto ninguna investigación sobre el caso de la presunta prevaricación de dicho delegado porque “los hechos estaban claros”. Nos dijo que prefiere perseguir al mensajero que al delito, a los que hayan filtrado la noticia a la opinión pública antes que la actuación de su delegado en contra de las Ordenanzas. Lo que sí es cierto es que los abogados del Ayuntamiento ni han trabajado, ni están trabajando para defender el honor del Delegado de Tráfico en contra de lo afirmado por el mismo Sr. González Suárez, sino para ver quiénes han dado a conocer la noticia. Don Jerónimo ha dejado muy claro que “no cabe a abrir ninguna investigación sobre la actuación del Delegado de Tráfico para esclarecer unos hechos que son públicamente conocidos.”
Durante la intervención de Don Jerónimo parece realizar una invitación al Sr. González Suárez para que presente la dimisión al considerar sus actos como parte de una actuación política de la que “él es el responsable de sus actos, políticamente y frente a terceros y las acciones que contra él pudieran ejercer”. Lo cierto es que la confianza entre Don Jerónimo y D. Jesús González se quebró desde comienzos de la legislatura en que se vio obligado a quitarle la Primera Tenencia de Alcaldía. Don Jerónimo llegó a afirmar entonces que había nombrado al Sr. Del Toro como portavoz y Primer Teniente de Alcalde porque cuando él no está, tiene que dejar en su puesto a alguien en quien confíe. Y lo mandó a la Casa de la Juventud porque no se atrevió a cesarle, aunque ahora parece invitarle a tomar la puerta trasera de salida. Creo que Don Jesús es lo suficientemente espabilado para entender qué se debe hacer cuando uno es responsable político de unos hechos. Pero Don Jerónimo llega a más al dar a entender que la actuación de su delegado es un delito, y lo hace al indicarnos que ha abierto una investigación para conocer a los responsables de filtrar los documentos porque “eso también es un delito”.
Lo que me pregunto es qué hará el Alcalde ahora si Don Jesús González no dimite. Si éste no reconoce su responsabilidad política, ¿quién deberá asumirla? ¿Quién es responsable de tener en su equipo de gobierno a D. Jesús González?, ¿actuará Don Jerónimo en consecuencia? Y es que los informativos de la televisión local fueron muy esclarecedores..

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