miércoles, 19 de enero de 2011

La apuesta

Acabo de recibir en mi domicilio particular un folleto del Partido Popular. Es pequeño, manejable y a todo color, muy buena calidad del papel, sin duda que ha costado un dinero curioso, pero claro para el PP no existe crisis que le impida anunciarse “como dios manda”. Contiene la imagen del candidato del PP, D. Javier Monge, a la alcaldía de Lebrija. Y poco texto, muy poco texto, una foto y poco más. Eso sí, por las dos caras. Me ha llamado la atención cierta decoloración en el rostro del candidato como si procurara emular a Michael Jackson que pretendió convertir el color negro de su piel en blanco a base de cirugía, pero aquí con un poquito de photoshop ha bastado. Pero no sé, quizás estos sean tan sólo imaginación o malos pensamientos míos, que esto de renegar al color oscuro de la piel quizás esté destinado únicamente a grandes artistas como Jackson.

Lo cierto es que ahí está, una foto, la foto que nos viene vendiendo a todos los lebrijanos con alguna colaboración indecente desde un tiempo a esta parte. Y es que el candidato del PP es tan solo eso, una foto que si se expone demasiado tiempo se decolora como un viejo periódico. No hace falta escarbar mucho para ello pues sólo con el aliento se derrumbaría como un castillo de naipes dada su escasa consistencia y sus pocos cimientos. Una foto y poco más.

Pero ahí está. Sus lemas, “la mejor apuesta” y “el cambio”. Y detrás la ristra de candidatos que le acompañan, algunos como fantasmas venidos desde el pasado, los responsables de los desaguisados ocurridos durante el triste período del tripartito. Y es que si el Sr. Monge se acompaña de semejante cohorte, de tan incomparable séquito, es que por supuesto asume la gestión de quienes gobernaron durante los nefastos años para nuestra ciudad que van de 2003 a 2007. Triste bagaje el que nos trae el Sr. Monge en sus alforjas. Quizás haya aceptado la decisión de otros de convertirse en cabeza de turco ante la incapacidad de algunos para asumir una derrota electoral en un período que pudiera considerarse a otros niveles como de viento a favor. Pero ahí está. D. Javier Monge, “la mejor apuesta”, o quizás “la única apuesta”. Y es que nadie medianamente serio quiere ser cabeza de cartel por el PP en Lebrija, que ya vendrán tiempos mejores.

Pero ahí está, “la mejor apuesta”, como si esto fuese una simple lotería o quizás el manifiesto de sus deseos, que esto se convirtiera en una lotería en la que la suerte le permitiera meter mano. Pero pensar así es menospreciar la capacidad de decisión de los vecinos a la hora de introducir la papeleta en la urna. Aunque de todas formas el PP y su dirección nacional llevan años menospreciando e insultando a los andaluces sin que ningún dirigente del PP andaluz les haya parado los pies hasta el momento. Lo cierto es que lo único que hemos llegado a conocer sobre el candidato lebrijano es su capacidad para crispar la vida ciudadana, para aprovechar lo que sea para “armar ruido” aunque el tiempo lo desmienta al instante o en pocos días. Su política más profunda durante la oposición ha sido la búsqueda de unas palmeras y de unos naranjos como si de una novela de intriga se tratara y que por cierto estaban colocados en su sitio o a punto de ser trasplantados. Pero sin embargo se olvida de Cuesta de Belén, uno de los mayores desaguisados por la política urbanística del PP lebrijano durante el tripartito y del que aún no se ha hablado suficiente, pues cuatro años de gobierno les dio para mucho. Y es que es difícil no acordarse de algunos sujetos cada vez que se sube alguna de las empinadas pendientes de la nueva barriada y que tantos problemas están trayendo a Lebrija y a sus vecinos. Pero no importa, ahí están, “la mejor apuesta” de los que fueron capaces de tirar el dinero público al construir una estación de bombeo justo encima dónde va la nueva estación de Renfe. Y los que se mostraron “tan eficaces” ahora pretenden ser “el cambio” y “la mejor apuesta”, y se atreven a hablar de vecinos y de abusos de poder. Ver para creer.

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