miércoles, 26 de enero de 2011

Por la boca muere el pez

“Hace falta un proyecto nacional que modernice nuestra economía, favorezca el crecimiento y el empleo” dijo Rajoy este fin de semana en Sevilla. Y ya puesto podría añadir que “las personas fueran justas y que no debería haber miserias en el mundo” o que “la enfermedad debería desaparecer de la faz de la tierra”. Y la verdad es que todos estaríamos de acuerdo. Pero el problema es que Rajoy habla y habla y tan solo dice generalidades, no concreta nada en absoluto. Y lo que los españoles queremos saber es que haría con las pensiones, qué haría con el desempleo, con la negociación colectiva o con el despido, o con las becas, o con la sanidad. Queremos saber si privatizaría el servicio de salud y la educación. Debe concretar su programa y dejarse de vaguedades que no dicen absolutamente nada.

“Mi gobierno se caracterizará por la rendición de cuentas permanente, austeridad y la transparencia será mi estilo”, “sabré vigilar el dinero, reducir el déficit y rebajar la deuda”, siguió diciendo Rajoy. Pero hablar de rendición de cuentas, austeridad o transparencia o de vigilar el dinero y mantener en sus cargos y puestos a numerosos imputados por corrupción, que han favorecido los grandes pelotazos urbanísticos y que en época de crisis como en Murcia, por ejemplo, han construido un aeropuerto para el que no tienen viajeros, ni vuelos regulares y ni tan siquiera oferta turística y ahora para pagar sus grandes desmanes los empleados que se dan de baja por enfermedad dejan de cobrar desde el primer día el 25% de sueldo y eliminan ayudas y becas. Hablar de rendición de cuenta y de austeridad gobernando en las comunidades autónomas más endeudadas de España como Madrid y Valencia, y calificadas con la menor transparencia, es poco menos que hacer un brindis al sol. Arregle Rajoy la grave situación de esas comunidades y luego póngase de ejemplo. Mientras tanto, de poco puede ofrecer al PP como ejemplo. Nuestro país tiene su pilar fundamental en el desarrollo del estado de bienestar, debería el Sr. Rajoy concretar qué piensa hacer con él, ¿acaso hacerlo desaparecer y aplicar aquello del “sálvese quien pueda” como pregona Aznar? Los ciudadanos deberían saberlo para emitir su voto. Mientras tanto estoy en mi derecho a creer que pretende estafar nuevamente a los españoles. El Sr. Rajoy debería conocer que nadie compra un producto sin que se vea, se toque o se manipule y sólo un charlatán pretende vendernos algo sin que lo conozcamos. Y es que las ansias de poltrona le pueden al Sr. Rajoy.

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