Ya era hora. Ya podremos entrar a desayunar en un bar y no saliendo con olores a tabaco. Ya era hora que los intereses de los ciudadanos, de la salud pública, de los niños y niñas, de enfermos, de mayores se antepongan a los las tabacaleras y a los de algunos que no pueden contener sus necesidades. El que desee seguir fumando, podrá seguir haciéndolo siempre lo haga en los lugares indicados y respeto el derecho del resto de ciudadanos. Esperemos la colaboración de todos para que se apique. En muchos lugares de Europa se aplica desde hace años y no ha constituído ninguna tragedia, ni la gente ha dejado de acudir a bares, ni se han cerrado cafeterías, ni bares... Es el sentido común lo que se debe imponer.
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