miércoles, 9 de marzo de 2011

Carnaval

Este fin de semana se ha celebrado la final de comparsas, coros, cuartetos y chirigotas en el teatro Falla de Cádiz. Mi favorita al primer premio era la comparsa “Juana la loca”, muy social, reivindicativa y sensible, que finalmente resultó ganadora. Un premio muy merecido desde mi punto de vista y os animo a visionar sus temas cuyos montajes merecen entrar dentro de la categoría de arte. En mi blog he colgado dos de sus pasodobles y un cuplé ( http://rafaeltous.blogspot.com/2011/03/carnaval-2011-comparsa-juana-la-loca.html ). Son realmente impresionantes.

Y como estamos en carnaval, antiguamente prohibido por el régimen en connivencia con la iglesia católica, algunos han desatado su vena carnavalesca y se han unido al momento de don Carnal antes de entrar en cuaresma. Todo en un intento de ocultar su identidad bajo máscaras, como corresponde a los ritos propios de la fiesta desde sus inicios en la que se mezclaban ocultas las distintas clases sociales. Y Rajoy, como no podía ser, no se ha quedado al margen. Además ha montado su propio Falla, su propia comparsa que además, ya cuenta con auténticos letristas cargados de ironía y humor. Lo cierto es que la semana pasada se reunieron en Palma de Mallorca para presentar sus candidatos autonómicos y donde escenificaron su compromiso de regeneración democrática de lucha contra la corrupción. Resulta propiamente de carnaval volver a hablar de unos principios éticos que no han cumplido. Y aunque para el PP resulta difícil escoger un lugar para este fin, al menos si es adecuado para su propio carnaval. Hablar de regeneración democrática en una comunidad en la que los dos últimos presidentes, pertenecientes al partido popular, están implicados en casos de corrupción, es más bien una broma que otra cosa. Jaume Matas, el superimputado, en libertad bajo fianza y con el pasaporte retirado para evitar su fuga, y Gabriel Cañellas, su penúltimo presidente y ya condenado, son su más desgraciado ejemplo en esta comunidad. Tristemente Baleares y corrupción han estado íntimamente ligados bajo los gobiernos de PP.

Allí, con los candidatos autonómicos, ocupando el centro del escenario a modo de comparsa, fueron llamados uno tras otro para firmar su particular compromiso contra la corrupción y en pro de la austeridad, que por cierto tampoco la han aplicado donde han gobernado. El momento estelar lo ocupó, como no podía ser de otra manera, el imputado Camps que curiosamente apareció en escena sin traje alguno, algo que no podía ocultar pues éstos seguro que estaban en la memoria colectiva de los presentes y de los que pudimos observar la escena a través de la televisión. Algunos ya han calificado este acto como de auténtica pornografía política. Y como consecuencia, este compromiso de regeneración democrática ha nacido muerto, invalidado, quizás, por la cabezonería indecente de presentar como candidato a un imputado por corrupción.

Rajoy portaba sobre sus hombros la máscara de libertario. Así pensaba que era como mejor podría pasar desapercibido entre el pueblo llano y mayoritario. Sus letristas le habían escrito un discurso vago, basado en generalidades, pero en el que se atrevieron a entremezclar un mensaje de “menos regulación, menos intervenciones, menos prohibiciones, menos meterse en la vida de la gente y más libertad”. Paradojas de la vida que quién más se ha metido en la vida de la gente a los que no deja en paz ejercer un derecho y una libertad a la que nadie afecta, como es el matrimonio entre personas del mismo sexo o el derecho de la mujer a decidir sobre la interrupción voluntaria del embarazo en los tres primeros meses, hable ahora de “menos meterse en la vida de la gente”. Otro mensaje también preocupante, nos deja una vía de por dónde podría ir su gobierno en caso de ganar las elecciones. Y lo hizo con aquello de “menos regulación y menos prohibiciones”, algo que merecerá un capítulo aparte para los miembros de esta comparsa supuestamente dirigida por Rajoy. Y como dicen en Cádiz cada vez que uno se supera a sí mismo, “esto es carnaval”, y es que Rajoy lo ha conseguido.

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