lunes, 21 de marzo de 2011

¿Nucleares? No, gracias

Me preocupa que a una semana de la catástrofe de Japón, con las fuertes imágenes, aún calientes, grabadas en nuestras retinas, los distintos medios de comunicación ocupen su tiempo con declaraciones tales como “lo ocurrido en Japón no puede pasar en España”, o “a partir de ahora las centrales nucleares incrementarán su seguridad”. Y es que parece que no aprendemos nada. Hay quien afirma que las eléctricas están detrás de este tipo de campaña, algo que yo desde luego no puedo asegurar. Pero lo cierto es que está ahí, todos mensajes tranquilizadores como si no hubiera ocurrido nada o como que esto sólo ha sido un pequeño accidente. Pero al día de hoy aún no hay solucionado nada y en un radio de 130 km de la central todo el personal está evacuado, obligados a abandonar sus hogares. Los gobiernos occidentales están evacuando a sus ciudadanos de Tokio donde ya ha aparecido agua contaminada junto a otros productos de primera necesidad como la leche y verduras. Los propios japoneses están ocupando ciudades como Osaka, lo más al sur posible donde toda la oferta hotelera está ocupada. Los meteorólogos están pendientes de los pronósticos del tiempo y sobre todo de la dirección de los vientos que hasta ahora iban en dirección al océano, pero que en los próximos días pueden cambiar camino de Tokio, llevando hasta allí las nubes contaminadas. Los graves efectos del terremoto y posterior Tsunami han quedado empequeñecidos en la información ante los gravísimos riesgos ocasionados por la central nuclear. Y como ya opiné la semana pasada, las ventajas de una energía que se dice “limpia y barata” no están por encima de sus enormes riesgos. La energía nuclear no es limpia, ni barata. No lo es porque producen residuos contaminantes durante miles de años, que sobreviven a la propia existencia de la nuclear que los ha producido y que no se sabe qué hacer con ellos pues nadie quiere ser vecino de un cementerio nuclear. La energía nuclear, al contrario de lo que pretenden vendernos, es cara y sumamente peligrosa.

En España la central de Garoña, situada en Burgos, cumple ahora los cuarenta años de vida prevista desde que se inauguró en 1971. Está situada junto al río Ebro de donde toma las aguas necesarias para su refrigeración. Garoña está cerca de importantes poblaciones, situadas a menor distancia de la central que las poblaciones evacuadas en Japón (Miranda de Ebro, Haro, Burgos, Bilbao, Vitoria, Laredo, Reinosa, Logroño…) Garoña ya ha comunicado siete sucesos o incidentes en 2008 y otros ocho en 2009. En Alemania, mientras tanto, la central más antigua es de 1974 y en Francia de 1978. Y mientras, en España el PP critica que el PSOE pretenda cerrar Garoña en 2013 y propone alargar la vida de las nucleares hasta los sesenta años, Merkel ya ha anunciado el cierre de las centrales construidas con anterioridad a 1980. Rajoy anunció hace pocos días que “si gobierna, Garoña no se cierra”, se permitió incluso el lujo de acusar a Zapatero de no querer las nucleares por “prejuicios ideológicos”. Pero los auténticos prejuicios están ahí, ya los vimos en Chernobil en 1986, o en Pensilvania en 1979 como ejemplos más conocidos, pero otros muchos han ocurrido desde 1952 por toda la geografía hasta hoy en una energía nociva para el planeta y para la propia salud. Dicen desde el PP que no hay que debatir sobre las nucleares en caliente en un intento de alargar decisiones que hoy serían perjudiciales para los lobbys de las nucleares.

Mientras tanto en el Parlamento Andaluz, el pasado jueves se mostró, y se votó, en contra de prolongar el período de vida útil de las centrales nucleares existentes en España así como a construir nuevas centrales nucleares en el país y en Andalucía, haciendo una apuesta por otro modelo energético, las renovables, que ya producen el 20 % de la electricidad, de tal forma que vaya posibilitando el cierre paulatino de las nucleares existentes. Todo ello con el voto en contra del Partido Popular con Arenas al frente. Lo cierto es que ahora en el PP, el tema de las nucleares pasa a formar parte de su programa oculto tras los sucesos de Japón. Las nucleares, otro motivo para alejarnos de la derecha en este país.

No hay comentarios: