jueves, 15 de diciembre de 2011

Romance a Cayetano

Mi amigo Antonio Domínguez me ha enviado estas letrillas dedicados a Cayetano, el personaje que anhela la edad media para resolver sus conflictos con la justicia a base de mandobles, quizás eche de menos el derecho de pernada. Y es que a este personaje no le interesa en absoluto una Andalucía desarrollada, echa de menos aquella en la que sus manijeros escogían a varios trabajadores a dedo y que esperaban desde temprano en los puntos de los distintos pueblos andaluces. Una vez escogidos, la mayoría se tenían que marchar en busca del pan para su familia, bien buscando espárragos, quemando ramas para hacer cisco de cara al invierno o cazando alguna alimaña, siempre bajo la mirada atenta no le detuvieran por furtivo pues todas las tierras eran del señorito.

Romance a Cayetano

El niño de la duquesa,
el jinete Cayetano,
rebuzna en vez de hablar
como si fuera un asno.

Y se atreve a dar lecciones

sin la viga haber doblado
a todos los andaluces
sobre lo que es el trabajo.

Bravucón y altanero,

ramplón y maleducado,
enfadado anda el muchacho
porque no lo llaman "mi amo".

Y dice que en Salamanca,

dice que en el campo charro
aún le rinden pleitesía
los tontos y pelagatos.

Permita que le recuerde

para que esté preparado
que de aquí ya ha salido
más de un gallito pelado.

No lo dude y vire al norte

a lomos de su caballo.
Váyase a tomar por culo
perdón, señor, por el ano.
                                     A. Domínguez


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