Hace apenas un mes que se celebraron las elecciones y en el Partido Popular están ocurriendo los acontecimientos que se pronosticaron para el caso de continuar en la oposición. Realmente lo que ocurre en el PP nos interesa a todos los ciudadanos de igual manera que nos interesan los hechos que pudieran ocurrir en el PSOE. Y es que lo que sucede en los partidos que pueden gobernar, es lógico que no pase desapercibido y se convierta en titulares de prensa. Lo cierto es que se está produciendo un gran movimiento en el PP que por el bien de España les deseo que acaben felizmente.
He afirmado numerosas veces en mis artículos que el PP debería regenerarse completamente, tanto en lo referente a las personas que lo forman como a sus principios ideológicos y estratégicos. Y algo parece que está intentando Rajoy que se ha decidido a dar un paso adelante y dice estar dispuesto a presentarse a las elecciones de 2012. Para ello ha cambiado algunas personas como queriendo desligarse y alejarse un poco de la figura de José María Aznar. Zaplana ha sido el primero en caer como portavoz del PP en el Congreso, le sustituye la joven Soraya Sáenz de Santamaría que hasta ahora colaboraba con Rajoy. Y en los próximos meses veremos como desaparecen de la escena el mismo Acebes, y le acompañarán otros como Pujalte, que guarda el honor de ser el primer expulsado del Congreso por su mal comportamiento, Arias Cañete, Mayor Oreja… Y el análisis lo hacen muy claro ante los ciudadanos, quieren perder la imagen que provoca miedos en el electorado. Desean presentarse como un partido moderado y que además lo parezca. Y aquí es donde le surge el conflicto al PP. Pues inmediatamente interviene Doña Esperanza Aguirre que no está dispuesta a permitir que el PP pierda sus liberales señas de identidad. Y el conflicto está servido, no sabemos quien lo ganará a corto o a medio plazo. Pues puede ocurrir que Rajoy lo gane ahora en el congreso de su partido, pero no sea el candidato en 2012. Lo cierto es que España se encuentra fracturada socialmente en dos bloques y el PP no hace nada por encontrar puntos de encuentro o de respetar temas de estado como la política antiterrorista o la internacional.
También es verdad que muchas de las personas que Rajoy está aupando ahora a las esferas de poder en su partido, han estado participando y defendiendo públicamente todo aquello en lo que más ruido lleva armando el partido popular. No les fue suficiente con perder en 2004, su insistencia en esta legislatura que acaba les ha hecho nuevamente caer derrotado en marzo de 2008. Y es que se han llevado ocho años practicando el todo vale con tal de alcanzar el poder. A todos ellos, a Soraya, a Pío Escudero, Camp, María San Gil,… les he visto muchas veces ante los medios hablando de terrorismo y acusando al gobierno socialista de traicionar a los muertos o a las víctimas. Se les ha visto manifestarse junto a los obispos en contra de la educación pública y de la asignatura Educación para la Ciudadanía de la que tan necesitada está nuestro país. Los hemos visto defender posturas en contra de la investigación en medicina con células madres y que tantas esperanzas crean en diabéticos, enfermos de parkinson o alzheimer. Los hemos visto atacar las leyes de igualdad o boicotear la aplicación de la Ley de la Dependencia en las comunidades en que gobiernan. Incluso se han permitido atacar la ley de divorcio porque les molesta a los obispos. Y es que el PP cuenta en sus filas con demasiado legionario de Cristo o miembros del Opus Dei.
Pero no termina aquí todo, Rajoy nos ha venido a colocar como ejemplo a seguir al Presidente de la Comunidad de Murcia, ese que la historia lo recordará dentro de 200 años por haber destruido el litoral llenándolo de ladrillo. La postura del PP con lo público también es extrema. No puede decir el PP que es un partido moderado y de centro, mientras se permita privatizar una escuela pública o no apoyar a la sanidad también pública. El Partido Popular cuenta con demasiadas ataduras que no contribuyen al progreso de un país. Quitarse las ligaduras les costará sangre. Si lo consigue, bienvenido sea porque España necesita una derecha moderada al modo europeo. Pero debe quererlo de verdad porque por ahora solo veo ruido.