Lebrija está asistiendo en estos días a uno de los debates más ridículos que he podido observar en los últimos años. Todo porque el gobierno de Lebrija ha tomado la decisión de que Las Cruces de este año 2008 se celebren los días 25 y 26 de abril, y 2 y 3 de mayo para evitar la coincidencia de la octava de Cruces con el Rocío y la feria de Jerez. Todo se está desorbitando hasta el punto de que algunos conocidos personajes y militantes de un partido de la oposición, con nombres y apellidos, están llamando a la desobediencia civil, alentando a que no se monten las cruces en las fechas señaladas de forma oficial para este año. Esto último a mi parecer es de una gravedad extrema y nunca se ha producido en Lebrija salvo en la lucha contra el gobierno ilegítimo de la dictadura franquista. El gobierno de Lebrija, salido de las urnas, es el único con la legitimidad y potestad para dictar normas, edictos, ordenanzas, bandos… Y para eso es elegido por los ciudadanos, para que tome decisiones aún a riesgo de equivocarse. Me parece de una irresponsabilidad extrema esta actitud y el partido al que pertenecen estos sujetos debe realizar alguna aclaración para indicar si estos señores actúan a título individual o como una estrategia de su partido. En cualquier caso y de forma responsable debería darlos de baja de forma inmediata en su partido, pues de lo contrario estaría siendo partícipe de una grave, indigna e inmoral actuación en democracia además de constitutiva de una infracción del ordenamiento jurídico. Y es que no todo vale, no se pueden sentar tan graves precedentes en la acción política. Hay muchas formas de ejercer la oposición democrática, muchas formas de hacer llegar una protesta de forma responsable, democrática y contundente, pero jamás se puede alentar el incumplimiento de la normativa.
Es cierto que la fiesta de mayor tradición popular viene padeciendo desde hace años una tendencia a la baja en el número de vecinos que la disfrutan. Es cierto que el Ayuntamiento ha tomado desde años atrás muchas decisiones para potenciar y mejorar nuestras cruces. Para ello se subvencionan económicamente las más tradicionales que se llevan a cabo en patios y hornacinas, incluso se presenta en Sevilla nuestra popular fiesta donde se viene exhibiendo con gran éxito desde hace años una cruz como botón de muestra de lo que es Lebrija en esos días. Recuerdo que cuando llegué a Lebrija hace 32 años, las cruces se celebraban los días 2 y 3, y 8 y 9 de mayo. Siempre en las mismas fechas, ya fuera fin de semana o miércoles y jueves. En su momento se cambió a los fines de semana con la buena intención de que acudieran más personas de Lebrija y de fuera. Nadie dijo entonces que se rompía tradición alguna. Esto sin duda fue un pequeño empuje inicial. Pero después chocó con otra realidad. Las comuniones en mayo, que se celebran a lo grande y con muchos invitados, y las bodas, también restaban asistencia a las cruces. Y aunque hoy hay menos comuniones porque hay menos niños y niñas que hace diez años, lo cierto que hay una tendencia a la baja en asistencia en determinados días de cruces.
Realmente el tema está politizado y muy banalizado por parte de unos irresponsables que pretenden sacar la renta política que no obtuvieron en las urnas. El verdadero debate debería ser sobre qué hacer para mejorar unas cruces a las que no asisten el número de personas que sería deseable. Un gobierno responsable debe estar acompañado de una oposición responsable, todo lo dura y contundente que se quiera, pero responsable al fin y al cabo. El actual gobierno municipal podría no haber tomado decisión alguna para evitar la coincidencia este año de Las Cruces con el Rocío y la feria de Jerez. Y si en la octava hubiera poca asistencia, la culpa no sería adjudicada al Ayuntamiento sino a la tendencia existente desde años atrás. El no hacer nada podría no tener en consecuencia coste político alguno para el actual gobierno. Sin embargo el Ayuntamiento ha tomado una decisión arriesgada y valiente, porque si a pesar del cambio de fecha para este año se sigue produciendo poca asistencia a las cruces, manteniéndose la tendencia de los últimos años, ello podría ser usado por la oposición, dada la actitud mostrada estos últimos días, para atribuirle el fracaso; y ya no se vería como culpable a la actual tendencia a la baja sino al gobierno municipal por el cambio de fechas. Un gobierno a todas luces responsable, ha antepuesto los intereses generales de Lebrija con una decisión técnica de un cambio de fechas para este año, reconociendo así la importante y necesaria labor de las hermandades y numerosos vecinos en el mantenimiento de esta fiesta.
El Ayuntamiento no puede quedarse de brazos cruzados como sino pasara nada con las cruces, tiene que tomar decisiones y lo ha hecho para este año. Por eso es necesario ver qué tal sale esta iniciativa realizada para su fomento. El caso es que si la oposición pretende culpar al Ayuntamiento de un posible fracaso que no sería más que una continuación de una tendencia, entonces podríamos decir que el fracaso de Las Cruces de 2005, que también coincidieron con el Rocío, sería adjudicable sin duda al gobierno de entonces que no fue capaz de asumir con valentía una decisión arriesgada ante la posibilidad de haberle supuesto costes políticos y electorales.
Pero un gobierno responsable, que actúa como representante de los vecinos de Lebrija y no de los intereses de su partido, cobra para tomar decisiones sin pensar en costes políticos. Esto es lo que diferencia a esta corporación de la anterior. Y de aquel gobierno irresponsable del tripartito no ha salido otra cosa que una oposición también irresponsable que pretende hacer política a costa de nuestras Cruces de Mayo. “Ojú, qué cruz… de oposición”. La actual oposición aún no ha sido capaz de comprender que la demagogia puede tener algún rédito a corto plazo, pero que a la larga cada uno es puesto en su sitio.